OPINIÓN: Yo fui una de las 500 personas amenazadas por Michael Cohen
Nota del editor: Michael D'Antonio es autor del libro Never Enough: Donald Trump and the Pursuit of Success (editorial St. Martin's Press); escribió, junto con Peter Eisner, el libro The Shadow President: The Truth About Mike Pence. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) — Cuando Michael Cohen llamó para amenazarme ("Acabas de comprar una ch****da demanda" fueron sus palabras exactas) me sentí un tanto especial. Me pregunté cuántas personas habrían estado sujetas a estas tácticas de bandido. Seguramente era algo inusual.
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Ahora, gracias al testimonio que Cohen rindió ante el Congreso estadounidense, me doy cuenta de que, después de todo, no era tan especial. Cuando le pidieron que estimara a cuántas personas intimidó a petición de Trump, Cohen especuló que unas 500 o más .
En 2015, Cohen hizo conmigo una mala imitación de un mafioso que trata de silenciar a un testigo. Estaba terminando una biografía de Trump, el empresario y estrella de televisión. Trump me había dicho que anunciaría su candidatura a la presidencia, pero yo no estaba seguro de que lo haría. La llamada me lo confirmó porque a Cohen le preocupaba mucho lo que estaba escribiendo. Le preocupaba que revelara información desagradable sobre el pasado de Trump, incluidas sus bancarrotas y las traiciones a sus esposas. De hecho, a final de cuentas toqué esos aspectos de su vida, pero no eran precisamente desconocidos.
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Creo que el problema es que una biografía que desinflara el mito de Trump no servía a los propósitos políticos del desarrollador inmobiliario. Sospecho que Trump esperaba que mi libro lo engrandeciera. Al parecer, cuando otras personas a las que entrevisté le comunicaron a Trump que yo estaba interesado en la verdad completa, le dijo a Cohen que fuera tras de mí.
Desde que empezó la llamada me molestó el tono de Cohen. A nadie le gusta escuchar ni siquiera una amenaza débil y parecía que él hablaba en serio. Sin embargo, hice que siguiera hablando y al final, cuando le dije que el título del libro sería Never Enough (Nunca es suficiente), se rio. "Tienes razón", dijo. "Para él, nunca nada es suficiente". Para cuando terminó la llamada, sabía que Cohen nada más estaba siguiendo órdenes. Le envió una carta muy desagradable a mi editor, pero al final, la amenaza no se cumplió.
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Al escuchar el testimonio de Cohen, el 27 de febrero, escuché otra vez al tipo risueño, no al matón. Solo el tiempo dirá si se mantiene el cambio que Cohen describió ante la comisión (un arrepentimiento lamentable). Sin embargo, durante el tiempo que investigué a Trump (y que lidié con Cohen), siempre me pareció que había un hombre mejor esperando a ver si Cohen lograba salir de la sombra del jefe.
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