OPINIÓN: La tercerización no es el monstruo que imaginamos
Nota del editor: Gabriel Aparicio es Country Manager de Kelly Services México, empresa pionera en administración de talento a nivel mundial con más de 70 años de experiencia en más de 32 países. Cuenta con más de 20 años en el desarrollo e implementación de soluciones globales y nacionales. Su visión en las necesidades de gestión de talento en industrias clave en México y los desafíos que las compañías enfrentan cada día en el mercado de talentos, lo han llevado a desarrollar soluciones especiales a la medida para socios comerciales. Antes de Kelly, fue Director Nacional para México en UPS, liderando la función de Soluciones de Cadena de Suministro. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) - La falta de información clara y veraz acerca del proceso tercerización formal en nuestro país está generado una gran estigmatización sobre el concepto, cuando en realidad la tercerización formal constituye una alternativa estratégica para el buen funcionamiento de una organización.
Dada esta circunstancia, quiero usar este espacio para contrarrestar esta imagen, ya que contratar servicios o talento mediante una empresa de tercerización formal es una excelente alternativa para solucionar problemas como la rotación de personal, brechas de habilidades y demanda laboral en temporadas de alta producción. El esquema permite delegar determinadas tareas a otras empresas cuyos servicios son de carácter especializado. Con esta práctica se evita la necesidad de realizar contrataciones internas en la empresa y los gastos que ello implica, con lo cual es posible generar un ahorro considerable de recursos, además de tener mayor flexibilidad empresarial al poder elegir la mejor alternativa para realizar una tarea en particular.
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Adicionalmente no debemos perder de vista que en México ya existe un marco normativo adecuado para regular la actividad de las empresas que ofrecen servicios de tercerización, que se cubre con los preceptos de la Ley Federal del Trabajo, Ley del IMSS, Impuesto al Valor Agregado y a la Ley del Impuesto Sobre la Renta.
Por lo tanto, la clave se encuentra en elegir la opción adecuada que ofrece el servicio de tercerización formal, y para ello, sugiero validar el cumplimiento de las obligaciones definidas en nuestra legislación para este tipo de empresas:
1. Patronales, calculando y enterando cuotas obrero-patronales de acuerdo a lo que marca la legislación aplicable del IMSS utilizando para tal efecto el salario que realmente corresponda y así no afectar los derechos de jubilación, atención médica de los asegurados y sus dependientes y garantizando los derechos de maternidad, erradicando el trabajo infantil y la discriminación laboral por cualquier causa, etcétera.
2. Fiscales, reteniendo y enterando los impuestos por producto del trabajo (Impuesto Sobre la Renta), pago de impuesto sobre nóminas, cuando sea aplicable IVA, apoyando a las autoridades hacendarias para tal efecto. Adicionalmente las empresas deben timbrar los CFDI de nómina conforme a las Leyes aplicables.
3. Demostrar su reputación ética, así como solvencia económica para hacerse cargo de sus obligaciones, otras legislaciones y normatividad aplicables, incluyendo los dictámenes, en los casos requeridos por la legislación fiscal, de seguridad social, de Infonavit y Fonacot.
4. Validar que posean activos, infraestructura y personal, permitiendo revisar su historia y permanencia en el mercado, así como dando acceso a referencias de otros clientes
5. Usar contratos que cuenten con todos los requisitos legales.
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En resumen la tercerización formal realizada por empresas responsables, serias y apegadas al marco regulatorio, es una excelente estrategia que impulsa a las organizaciones para alcanzar sus objetivos, para tener un mejor desempeño, para mitigar cualquier riesgo y para evitar problemas laborales, legales y fiscales debido a que:
· Fomenta el empleo decente.
· Garantiza el cumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores.
· Es un medio para mejorar la productividad de las empresas contratantes del servicio, así como para incrementar su nivel de competitividad frente a los mercados.
· Permite a las organizaciones ser flexibles.
· Impulsa la adquisición, desarrollo y transferencia de conocimiento.
· Ayuda fomentar el empleo formal y a las instituciones como el IMSS e Infonavit a recibir mayores ingresos al cotizar sobre salarios reales.
Como referencia, en nuestro país existe la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH) la cual es uno de las principales promotores del trabajo formal y decente en México. Agrupa a las 22 empresas más importantes de tercerización en el país que generan bienestar social, que pagan a cabalidad impuestos, cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (FONACOT), ahorro para el retiro, así como las correspondientes al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, sobre salarios reales. Por lo tanto, si estás considerando como una solución para tu empresa el proceso de tercerización formal, acercarse a las organizaciones que conforman dicha asociación es la mejor opción para asegurar el cumplimiento a cabalidad del marco legal.
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