Se informó además que el niño no había mostrado comportamientos extraños, que tenía buenas calificaciones y que vivía con su abuela. Se desconoce por el momento si vivía en un ambiente familiar violento o si tenía alguna otra preocupación relacionada con los círculos sociales en los que se desenvolvía, tampoco se sabe cómo obtuvo las armas.
Esto es lo que nos dice la autoridad, como si esto fuera suficiente justificación, además repartiera las culpas y quitara responsabilidad. Aquí todos somos corresponsables de la realidad que viven nuestras niñas y niños, a quienes deberíamos proteger por sobre todas las cosas, familia, sistema educativo, sociedad, medios de comunicación y por supuesto los tres niveles de gobierno.
No, no fue el videojuego per se, fue la ausencia de atención y educación en la primera infancia, etapa crucial en la que recibimos una influencia significativa de nuestro entorno
Ahora, esto me lleva a otro de los puntos que se han diluido en las declaraciones, no saben a ciencia cierta si el niño se encontraba ante violencia intrafamiliar, pero claro que sí vivía en un entorno hostil y no me refiero propiamente a su casa, hago alusión a Torreón, Coahuila, que es un sitio alcanzado y rebasado por la normalización de la violencia, lugar en el que las desapariciones y asesinatos se han vuelto cotidianos ¿de verdad no sabemos si estaba en un contexto agresivo?