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Segundo informe, ¿narcisismo o matemática financiera?

El informe indica todos los esfuerzos en materia social, laboral, energética y desarrollo económico que han pretendido llegar a una meta y, ¿todo esto para qué?, ¿qué sigue?, cuestiona Ramses Pech.
sáb 05 septiembre 2020 01:00 AM

(Expansión) – El informe de gobierno es un escrito en el que se manifiesta el estado general que guarda la administración pública del país. Pero en la realidad, y con un sentido común, debería ser considerado como la evaluación de lo planeado contra lo realizado en un periodo, el por qué no se llegó y qué faltó para realizarlo.

En México ha servido y continuará siendo un acto de narcisismo coyuntural de la visión del administrador en turno, en el cual sólo hay un cambio de corto plazo de acuerdo con una ideología de creencia placentera y que nunca ha estado o estará en función de lo que la nación requiere para un largo plazo.

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La Secretaría de Hacienda ha comentado que en el 2021 no tendremos los mismos ingresos, pero sí el mismo gasto. Adicionalmente confirmó que el panorama económico internacional tendrá una gran dificultad para todos los países. La nación no ha prevenido su crecimiento con base en una estructura en tener dinero circulando en su economía y en tener mejor acceso en salud, educación, infraestructura y con una mayor importancia la energía, que sin ella no habrá desarrollo industrial bajo un marco de mejora en el tipo de materias primas o tecnologías para su creación o transformación.

A la nueva mesa directiva de la Cámara de Diputados se le entregará la próxima semana el presupuesto para el 2021 y el reloj empezará a moverse en función de cómo, a quienes y cuánto serán las participaciones que la administración propondrá vía la SHCP.

El informe de gobierno debe o debería ser un documento estadístico matemático de datos e dinero a lo no realizado por decisiones y/o circunstancias ajenas al plan original; un documento de apología histórica anual o un almanaque de consulta para el librero.

Creo que en México hemos confundido el análisis de los datos con la suma de decir lo bien o mal que está una administración, pero nunca hemos hecho a partir de estos datos un plan de nación de largo plazo y, en el caso de tenerlo, podría ayudarnos a determinar qué tan alejados estamos de lo que pensamos debería estar el país con base en la cantidad de dinero disponible para que la economía pueda mover a la sociedad.

El informe de gobierno es entonces una herramienta y que deberá ser utilizado por la Cámara de Diputados para determinar si la forma como fue gastado el dinero cumplió con las expectativas de crecimiento del país, y en el caso contrario, deberá haber una corrección de este con base en un plan de largo plazo para los presupuestos en los años subsiguientes.

En 2021 los presupuestos de los países deberán cambiar, el riesgo financiero que se pretenda debe ser trasladado a la parte de inversión privada al haber apoyado durante la crisis del COVID-19, en una primera fase a empresas, para tener acceso a capital y una adecuación continua a políticas financieras, y dar lugar a un alivio en las finanzas públicas, para que todo aquello que continúe parado pueda reactivarse al redefinir el gasto para el desarrollo económico.

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Esto no significa crear más programas sociales o incrementar impuestos en rubros que pueden lacerar la economía de una empresa o el consumo del producto o servicio, no seria lo mas indicado; para eso es un informe de gobierno, para que oriente cómo determinar dónde hay y en qué usar el dinero.

Las administraciones anteriores y la actual han definido que el crecimiento del país depende de Pemex y de la CFE en la parte energética, donde la primera, por medio de los préstamos que eran utilizados vías pagos de derechos e impuestos para para poder cubrir el gasto corriente, llevó a una deuda de la empresa productiva del estado a los niveles actuales, y en el informe del 2020 están los datos que indican el requerimiento de un mayor presupuesto para ambas empresas para poder cumplir la visión actual de esta administración.

El informe indica todos los esfuerzos en materia social, laboral, energética y desarrollo económico que han pretendido llegar a una meta y, ¿todo esto para qué, qué sigue?

Por cada gasto que se programe en adelante, con datos del informe del gobierno, deberán anteponerse unas simples preguntas de introspección económica que debemos hacer: ¿es necesario? y ¿qué pasaría si no asignamos el recurso necesario?

Un informe de 1296 hojas debe aportar bastante información útil para determinar un plan de negocios de la nación y que deberá seguir de conformidad con todas las empresas filiales del país (estados), y en aquellos negocios donde los accionistas (cada mexicano) buscan un retorno de la inversión. El objetivo es ayudar a tener acceso a energías, productos y servicios que estén acorde a su poder adquisitivo, que deberá crecer conforme exista un mayor número de inversiones.

El informe no es una receta o carta de idilio trágico griego, es una referencia con sentido común del rumbo que debe tener el país para el 2021 y el futuro.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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