Algo así ocurrió con el caso de discriminación por parte de una persona argentina a una mexicana en días pasados. La indignación de la comunidad en redes sociales aceleró el proceso para que no sólo los medios de comunicación sino las autoridades vinculadas al caso dieran un seguimiento cercano y ágil. Hace unos días el Instituto Nacional de Migración comunicó que la persona argentina abandonó México por voluntad propia y le impuso una restricción para reingresar a nuestro país.
Me pareció interesante que los comentarios de quienes reprobaban el acto discriminatorio mostraban su enojo bajo argumentos muy diversos. Algunos establecían que las expresiones discriminatorias que empleó la persona argentina eran completamente injustas dado que atentaron contra el valor de la otra persona. También había quien mostraba su enojo empleando un humor sarcástico y discriminatorio hacia la agresora. Algunos se volcaron a estigmatizar a los extranjeros como personas violentas que en cuanto tienen oportunidad de hacer daño lo hacen.
La verdad es que el enojo es una emoción que en muchos de nosotros tiene un efecto cegador y hace que reaccionemos de manera impulsiva y poco pensada.
Me ha pasado muchas veces y sí, reconozco que cuando estoy muy enojada he llegado a emplear un humor sarcástico. Es como si mi enojo dijera “esta persona me lastimó, así que ahora yo tengo derecho a burlarme de ella”. Ese es el efecto que tiene el humor en este contexto. La linea es muy delgada y fácilmente podemos caer en aquello que repudiamos: la discriminación.
Los chistes y memes forman parte de nuestra manera de comunicarnos y la mayoría de las veces los asumimos de una manera normal, pero hay que estar conscientes del contexto en el que los empleamos para evitar convertirnos en aquello que atacamos y volvernos personas que discriminan a través de mensajes “humorísticos” que llegan a ser estigmatizantes, prejuiciosos y excluyentes.
Debemos tener claro que hoy existen temas muy sensibles y el de la discriminación es uno de ellos. De acuerdo con datos del COPRED (Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México) los grupos más evidentes discriminados son: Indígenas, gays, de piel morena, pobres, adultos mayores, con distinta lengua/idioma o forma de hablar, con VIH/SIDA, con discapacidad, lesbianas y de estatura baja.