Entre enero y agosto, los ingresos públicos presupuestarios – que incluyen ingresos petroleros, ingresos por recaudación de impuestos (tributarios) e ingresos de las empresas productivas del estado, entre otros conceptos – tuvieron una caída considerable al comparar con el mismo periodo de 2019: año con año, el dinero disponible disminuyó (-)2.3%.
Además, los ingresos públicos fueron (-)4.8% menores a los que el gobierno tenía programados para el periodo. En particular, los ingresos petroleros sufrieron una fuerte contracción imprevista, consecuencia del episodio de bajísima demanda global y precios del barril de crudo que pisaron terreno negativo.
También hubo cambios en la recaudación tributaria: los ingresos por IVA fueron (-)5.3% menores a los programados, y lo recaudado por IEPS fue (-)12.2% menor a lo esperado, ambos consecuencia de la caída en los ingresos y el consumo de la población del país.
En la contraparte, el gasto público en los primeros 8 meses de 2020 fue (-)6.5% menor al programado para el periodo. Hubo subejercicios notables en ramos como el de Presidencia y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde el gasto entre enero y agosto fue (-)77% y (-)13.4% más bajo que lo que se había contemplado en el Presupuesto.
En el rubro de salud, el gasto destinado a la Secretaría de Salud, de la cual depende la Dirección General de Epidemiología, fue 2.3% mayor al que se tenía contemplado; sin embargo, el IMSS y el ISSTE registraron un subejercicio de (-)2.5% y (-)4.1% respectivamente. Algunos subejercicios adicionales relevantes son el de educación pública, de (-)3.4%, así como el del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), de (-)2.2%.