El ajuste optimista observado en algunas instituciones entrevistadas – entre las cuales destacan Banorte, Finamex y JP Morgan, quienes mejoraron sus perspectivas en entre 0.7 y 1.2 puntos porcentuales – se ha reflejado también en las perspectivas de otras organizaciones: hace un par de semanas, el Fondo Monetario Internacional ajustó sus proyecciones de crecimiento económico para México, y modificó su tasa esperada para 2020 de (-)10.5% a (-)9.0%.
Asimismo, los especialistas encuestados mensualmente por el Banco de México estimaron una caída de (-)9.82% para 2020 en el reporte de septiembre, una ligera mejora respecto al (-)9.97% que esperaban en agosto.
Los ajustes en las expectativas se dan en un contexto de reapertura económica en México y en el mundo, y responden a indicios de recuperación en los empleos y la actividad productiva en el país.
Coinciden, además, con el discurso de las autoridades federales, que recientemente han hecho énfasis en las señales de recuperación económica en el país. Habrá que esperar las reacciones de mercados y especialistas a los rebrotes y a los nuevos confinamientos anunciados esta semana en países como Irlanda, Francia o España.
Sin embargo, aunque la caída económica en 2020 no sea tan pronunciada como se esperaba hace algunos meses, las estimaciones indican que el PIB mexicano se contraerá entre (-)9% y (-)10% al cierre del año.
De cumplirse esta estimación, sería la mayor caída económica en el registro histórico del PIB, que inicia en 1994. Como punto de comparación, en las crisis económicas más recientes –de 1995 y 2009– la economía del país se contrajo apenas (-)6.3% y (-)5.1%, respectivamente.