A pesar de que los datos muestran indicios de una recuperación económica después del shock negativo, ésta no ha sido total: aunque muchos sectores mostraron incrementos trimestrales, la mayoría mantiene caídas al comparar con el nivel que la economía tenía hace exactamente un año. A nivel nacional, el PIB en el tercer trimestre de 2020 fue (-)8.6% menor al del 3T2019, y aún con el rebote trimestral, éste no ha logrado recuperar su nivel pre-pandemia, pues actualmente se encuentra en niveles similares a los de 2014. La contracción se ha debido no sólo a la crisis, sino a disminuciones paulatinas observadas desde el último trimestre de 2019.
Aún más, los datos del Indicador Global de la Actividad Económica (publicados el mismo día por el INEGI) permiten monitorear mensualmente la recuperación económica en el tercer trimestre de 2020. Los resultados son inquietantes: aunque los últimos cuatro meses con información (de junio a septiembre) han mostrado incrementos en la economía, éstos han sido cada vez menores.
Mientras que en junio la economía creció +8.8% respecto al mes previo, la tasa disminuyó en los meses consecutivos, y en septiembre fue de apenas +1%. Las cifras lo dejan claro: la recuperación económica inició en junio, pero se ha ralentizado desde entonces, en el contexto de una ausencia de estímulos por parte del gobierno y de niveles decrecientes de inversión.
Independientemente de la evaluación de las tasas de crecimiento presentadas por el INEGI, es importante recordar que la evolución de las actividades económicas tiene efectos concretos sobre la población de México y su nivel de vida.
La información presentada en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del tercer trimestre del año muestra que, aunque se ha recuperado gran parte de los empleos perdidos a raíz de la crisis en abril, entre el cierre del 1T2020 y el del 3T2020 persiste una pérdida de 2.8 millones de empleos.
LEE: Banxico anticipa caída del PIB de México de hasta -9.3% este año
Si bien este número puede parecer pequeño al comparar con la eliminación de 12.5 millones de puestos de trabajo observada solamente en abril, el efecto de tal reducción de tamaño del mercado laboral, sumado al incremento en la cantidad de personas que - aunque trabajan - tienen la necesidad de laborar más horas para recibir ingresos suficientes, tiene un efecto directo sobre el ingreso de las familias mexicanas.