Este año no revierte la gran importancia para la geopolítica electoral, pues ningún miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU celebra comicios. No lo hace ni Estados Unidos (2020), Rusia (2018), Francia (2022), Reino Unido (2019) o China, éste último país que celebra elecciones indirectas y que hace tres años atestiguó la reelección presidencial indefinida de Xi Jinping.
Mientras que ningún país central, sistémico y hegemónico del orden internacional vigilante de la paz y seguridad internacional celebra elecciones en el 2021, sí lo hace Alemania y Japón, dos excepciones dentro de los países del G20.
Precisamente, la elección estelar de este año será la alemana, primera economía europea y la cuarta a nivel mundial. En septiembre la canciller Angela Merkel se retira dejando un legado invaluable, tras 16 años como canciller y dejando a su partido, la Unión Demócrata Cristiana (UDC) como primero en intención de voto.
En Japón, Yoshihide Suga buscará seguir al frente del país nipón como primer ministro, sin embargo, la pandemia ha visto disminuir su popularidad en medio de una posible cancelación de los Juegos Olímpicos.
En Europa, el rally de este año lo inauguró Liechtenstein, y le seguirán otros países como Bulgaria, República Checa, Rumania, Noruega e Irlanda. Sin embargo, los reflectores se concentran en Italia con la dimisión de Giuseppe Conte, quien todavía no convoca formalmente a elecciones, la difícil gobernanza política italiana, que desde1946 ha atestiguado 66 gobiernos distintos.
Países Bajos será otra cita esperada, pues Mark Rutte renunció a principios de año a causa de un escándalo relacionado con la asignación de ayudas a familias migrantes, pero promete seguir en el cargo, después de que su partido lidera la intención del voto para un cuarto mandato consecutivo. De mantenerse como primer ministro, se convertirá en el líder europeo con más años al frente de un país, sólo por detrás de Angela Merkel en Alemania.
En Asia-Pacífico, Hong Kong robará la atención de cara a la renovación de los 70 asientos del Consejo Legislativo, la mitad de los cuales serán designados conforme al voto popular, y el resto a través de mecanismos de influencia de Beijing.
Con lo anterior, muchos suponen que el movimiento pro-democrático pueda perder terreno cuando la justa electoral se celebra bajo la controvertida Ley de Seguridad Nacional.