Lograr adaptar oficinas privadas, áreas para un pool secretarial, mamparas altas, características a las que están acostumbradas las generaciones con más experiencia; con estaciones de trabajo casuales, abiertas, áreas de café con conexiones remotas, propias de las nuevas generaciones, ha sido uno de los retos más interesantes para los que nos dedicamos a la consolidación de nuevos proyectos de oficinas.
Insisto en el tema de entender muy bien las necesidades actuales y futuras de cada empresa y sus empleados y colaboradores, para evitar seguir tendencias que podrían funcionar en algunas empresas, pero no en todas. No hay verdades absolutas en este tema.
Me viene a la mente el boom de las estaciones de trabajo a “120 grados”, entre 2006 y 2007. Un sinfín de compañías pedían este cambio porque era el “trending topic” de ese momento. Hoy en día y más bien, desde hace 10 años, prácticamente, ya no se han instalado este tipo de muebles.
Además, en este proceso de adaptación de espacios, la inclusión de la tecnología en las oficinas juega un papel fundamental. Las nuevas generaciones dominan conceptos como la realidad virtual, inteligencia artificial, big data, asistentes digitales, y hay que proveer estas herramientas, pero siempre cuidando no invertir de manera descontrolada en equipos o gadgets que a la larga sean solo un adorno y que seguramente resulten muy costosos.
Importante mencionar que la crisis sanitaria que vamos superando gradualmente, implicó retos para la interacción entre generaciones. El trabajo remoto representó una reingeniería de la dinámica laboral, y esto no pudo haber sido posible sin la colaboración activa de las nuevas generaciones. Las empresas no volverán a la forma que conocíamos antes de la pandemia, sino que ahora están utilizando esta crisis para reinventarse y ser más resilientes.
Lograr sinergias entre las distintas generaciones que conviven en un mismo centro laboral ha sido clave para el éxito empresarial. Las generaciones más experimentadas tenemos un doble compromiso en ese tema; por una parte, estar en constante actualización y reinvención; pero, además, aportar estructura y certidumbre a las nuevas generaciones con base en nuestra experiencia.
