Al nacer, Sofi no lloró, no respiró, estaba muerta. El corazón de Óscar se rompió, en silencio.
De acuerdo con la doctora Irma Alejandra Coronado Zarco, subdirectora de Neonatología del Instituto Nacional de Perinatología tan solo en 2019 se registraron 117 muertes fetales y neonatales diarias. ¡Diarias!
Si tu compañero de trabajo fuera Óscar y lo felicitaras a propósito del Día del Padre y él te respondiera que Sofi nació muerta ¿qué harías?
Sí, nadie está preparado para algo así, pero aquí hay algunas ideas.
Evita frases que restan
1. “Sé fuerte: tu esposa te necesita”. Ese convencionalismo basado en el estereotipo de que el hombre debe tomar el rol del “fuerte” es de las cargas más asfixiantes. Es común que, ante una pérdida, los compañeros del trabajo y amigos pregunten por la madre y se preocupen de que esté bien. En ningún momento pienso que eso deba dejar de ser así. Las mujeres merecen ese apoyo.
Pero en esa dinámica los padres suelen ser dejados de lado en los procesos de duelo y no se les ofrece la ayuda que necesitan. Si tú le dices que debe ser fuerte para ella, estás pasando por alto sus emociones e invisibilizas su derecho a que él también viva su duelo.
2. “Échale ganas”. Cuando dices esto estás juzgando y reprobando la manera en que está afrontando su dolor. Es como si le dijeras que no lo está haciendo suficientemente bien y debería hacerlo “con más ganas”. Créeme, está haciendo lo mejor que puede con los recursos que humanamente tiene.
3. “Bueno, al menos tienes a tu esposa”. Este comentario entra en la categoría de “hay que ver el lado bueno de la vida” y en un momento así es desatinado porque es como si le dijeras “deja de mostrarte triste frente a mí”, “estás mostrando una emoción que me incomoda” o “no te acepto si estás triste”. Él necesita que valides su tristeza.
También evita el efecto del "elefante en la habitación"
Si en una reunión con un cliente coincides con él, es natural que no quieras tocar el tema para no abrir más su herida, pero tampoco es buena idea fingir que desconoces su situación porque lo harás sentir invisible y acrecentarás su dolor.
Seguramente pienses ¿le digo que lo siento o mejor no? Si el contexto es inadecuado, podría ayudarte no decir nada, hacer contacto visual y colocar tu mano en tu corazón como una señal de que su dolor no pasa inadvertido para ti pero respetas su espacio en un momento en el que la energía debe enfocarse en otra cosa.