Hace poco leía la queja de varios chefs y dueños de restaurantes sobre la cotidiana petición de muchos creadores de contenido que buscan comer gratis en sus locales a cambios de posteos. Me parece que esta cultura del cero esfuerzo y de lo fácil maximizada en las redes sociales debe ser denunciada de manera constante. Nada es gratis en la vida, fin de la discusión.
También es cierto que no podemos meter en el mismo costal a todos los generadores de contenido. Hay quienes verdaderamente trabajan de manera profesional generando estrategias, que apuestan a crear contenido de calidad, que buscan aportar a su audiencia y que por lo tanto forman comunidades increíbles y orgánicas, son valorados y seguidos por millones por sus aportaciones.
En la discusión se ha señalado la necesidad de tener una legislación que permita regular algunos de estos temas. Si bien es cierto que la regulación es importante me parece que podríamos convocar o promover también un código de conducta para los creadores de contenido. Al mismo tiempo marcas y agencias pueden beneficiarse de esto, generamos un mejor ecosistema digital.
Algunos de los temas que abordaría este código -sí, como carta a Santa Claus-, serían:
1. Transparencia e integridad
Todos valoramos ser tratados con respeto e inteligencia, valoramos y queremos transparencia. Si alguien hace cosas buenísimas y por eso una marca se fija y lo patrocina, todo bien, solo que quiero saber si le pagaron por venderme su producto, si le invitaron el vuelo, el hospedaje o la cena. Que el restaurante es de su primo o vecino está bueno echarle la mano, pero seamos transparentes cuando no sea así.
2. Honestidad
Un cosa importantísima sería recomendar solo aquellas cosas que sí comprarías en cualquier circunstancia. Querido creador de contenido: Si no lo recomendarías gratis, no lo hagas por dinero (una camiseta que diga).