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La vulnerabilidad es la clave para liderar en tiempos difíciles

Al promover confianza y resiliencia podemos ejercer un liderazgo con mucha más adaptabilidad a los cambios, asegura Ricardo Triana.
vie 23 julio 2021 12:01 AM

(Expansión) - Las relaciones interpersonales se ponen a prueba durante los momentos difíciles y es ahí cuando debemos reforzar o adquirir habilidades que nos permitan continuar y llegar a la orilla a pesar de la tempestad. Esto es aún más relevante cuando estamos en una posición de liderazgo y existe un equipo de trabajo que depende de ti.

Para poder ser fuerte ante otros y ser una referencia de resiliencia, tenemos que empezar por uno mismo. Esta pandemia nos ha demostrado que durante épocas de crisis es cuando más nos enfrentamos a diferentes problemas y que, en muchos casos, no tenemos certeza de lo que va a pasar. Entonces, ¿cómo puedo ser el faro que guía a otros? La clave está en aceptar mi vulnerabilidad; que no necesariamente tengo todas las respuestas y reconocer que algunas veces está bien no estar bien.

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Sigmund Freud dijo una vez que de nuestras vulnerabilidades vienen nuestras fortalezas. Por eso, al aceptar que soy vulnerable es importante identificar quiénes son mi red de apoyo ya que serán pieza fundamental para salir adelante. Esa red está compuesta por relaciones confiables con personas dispuestas a aconsejarnos y darnos perspectiva en momentos difíciles; y por esa misma razón esa red se compone de relaciones de largo plazo. Por ejemplo, miembros de familia, amigos, mentores u otros.

¿Por qué esta red hace la diferencia? Porque ellos se preocupan por uno como persona y nos conocen. Lo que hace más sencillo que tengamos confianza en escuchar nuestra voz interna, inclusive cuando nos sintamos atacados o criticados. Esto crea resiliencia y ayuda a reconocer lo que es verdaderamente importante de una manera objetiva.

En el ámbito de trabajo, cuando los niveles de incertidumbre y de estrés incrementan, los límites entre la zona de confort, la zona de aprendizaje y la zona de pánico se hacen más tenues y terminamos teniendo conflictos con mayor facilidad. Por esto, al aceptar nuestra vulnerabilidad podemos tener conversaciones más honestas, donde nos mostramos como somos, compartimos nuestra visión y lo que sentimos a la vez que incentivamos a los miembros de nuestro equipo para hacer lo mismo.

Tener ese nivel de confianza lleva a que el conflicto se minimice o sea sano y que las discusiones sean productivas ya que se promueve el respeto mutuo. Esto crea un lazo invisible de confianza donde todos podemos ser verdaderamente empáticos mientras unificamos nuestras percepciones de equipo.

Como resultado, al promover confianza y resiliencia podemos ejercer un liderazgo con mucha más adaptabilidad a los cambios. La pandemia nos ha obligado a dar un giro, no solo en la forma en que se dirigen los negocios, sino también en la forma en que se abordan los problemas. El bienestar de los empleados ha ocupado un lugar central y ahora se requiere que las empresas consideren la humanidad y vulnerabilidad de todo individuo ante cada una de sus decisiones.

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El líder de hoy atrae al mejor talento y genera alianzas

Casi de la noche a la mañana, las denominadas soft skills, como la empatía, se han convertido en habilidades impulsoras o en "power skills", haciendo que la inteligencia emocional tenga la misma importancia que el coeficiente intelectual para determinar el éxito empresarial.

Por lo tanto, mostrarse vulnerable representa fortaleza, autoconocimiento y madurez. La capacidad de percibir y relacionarse con las experiencias vividas por los demás son la base de un liderazgo auténtico. Independientemente del problema, debemos llevar esa perspectiva a todo lo que hacemos, y no solo en relación con la crisis del COVID-19.

Para mí, no se puede ser un buen líder sin lograr que tu equipo esté empoderado a tomar decisiones y que cada uno se sienta cómodo siendo parte del grupo. Ellos deben estar dispuestos a liderar en cualquier momento porque yo no tengo todas las respuestas y entre todos somos más fuertes.

Si bien la pandemia pudo abrirnos los ojos a la importancia del liderazgo empático, es una habilidad que todos debemos practicar mucho después de que se haya administrado la última vacuna.

Nota del editor: Ricardo Triana es Managing Director de PMI en América Latina. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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