Ese ecosistema de trabajo es uno donde existen dos actores. Por un lado, están las organizaciones, públicas y privadas. Éstas entienden que para lograr el crecimiento y reactivación económica necesitan replantearse en dónde invertir, cómo ser más dinámicas a la hora de escoger iniciativas que respondan a los cambios mientras producen resultados y qué tipo de talento necesitan para alcanzar ese objetivo.
Por otro lado, está el talento que hace que estas organizaciones funcionen. Éstos en su caso entienden que la fórmula que se utilizaba antes para asegurar el éxito profesional ha cambiado. Ya no solo es tener un plan de carrera definido e ir ampliando el conocimiento y habilidades sobre el área de estudio elegido, también hay que adaptarse a distintos proyectos y giros.
Entonces, lo que sucede ahora es que para que tanto las empresas como el talento sigan siendo competitivos, hay que practicar dos tipos de actividades:
a) Upskilling, que significa la mejora de habilidades y conocimientos actuales para ser efectivo en lo que ejecutamos y
b) Reskilling, que implica la adquisición de nuevas habilidades que les permita actuar de manera transversal en la organización, un nuevo trabajo o en una nueva carrera.
Al enfocarnos en esto, existen dos datos interesantes. Por una parte, el World Economic Forum (WEF) estima que 54% de la fuerza laboral necesitará un alto nivel de reskilling hasta el 2024. Por otra parte, derivado del análisis de uno de los últimos estudios de Project Management Institute (PMI) concluyeron que año tras año se necesitarán aproximadamente 2.3 millones de profesionales a nivel global con habilidades y conocimiento enfocado en Dirección de Proyectos para garantizar resultados favorables de crecimiento y reactivación económica.
De esta forma, un consejo simple para cualquier profesional es ver su perfil como un conjunto de competencias en tres grupos:
- Competencias Técnicas, qué tanto sabes sobre lo que ejecutas y qué tanto puedes encontrar propuestas para trabajar de manera innovadora, resolver problemas, priorizar actividades y situaciones complejas;
- Competencias Estratégicas, qué tanto conoces del negocio e industria donde te mueves, cuál es la estrategia de la empresa, cuáles son sus retos, ventajas, etc.; y
- Competencias Interpersonales, las habilidades que impulsan tu capacidad de liderazgo, comunicación, innovación o negociación para lograr relaciones efectivas con otras personas.
Una vez que entiendes esto viene el autoanálisis para definir dónde te sientes más competente, qué habilidades te están haciendo falta y enfocarte en crear un plan concreto donde trabajes en desarrollar ese conocimiento que te hace falta para mantenerte a la vanguardia.