Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la prevalencia del consumo informal o ilícito de alcohol aumentó durante la pandemia, pasando del 1.9% al 3.0% semanalmente en Latinoamérica . Parte de este crecimiento se debe a consecuencias no deseadas. Los gobiernos en la región buscaban reducir el consumo nocivo de alcohol para aliviar la presión sobre los sistemas de salud saturados por la pandemia.
Sin embargo, algunos de ellos implementaron políticas que produjeron efectos contraproducentes, que inadvertidamente incitaron a los consumidores a recurrir a las "soluciones" más accesibles, como el alcohol falsificado o de contrabando. Aunque las políticas reguladoras variaron según el país, la meta era disuadir a la gente de organizar o asistir a reuniones sociales mediante subidas de impuestos, leyes secas o a veces la prohibición total del alcohol.
El costo humano y económico
El consumo de alcohol ilícito es un problema grave de salud pública a nivel mundial. Las cifras son especialmente preocupantes en México, donde aproximadamente el 42.5% del total de las ventas nacionales de alcohol procede de fuentes ilegales, lo que lo convierte en el mayor mercado ilícito de alcohol de Latinoamérica por volumen . Las personas que sobreviven una intoxicación por alcohol ilícito suelen estar obligadas a vivir con efectos secundarios debilitantes a largo plazo durante el resto de sus vidas, como ceguera y daños neurológicos permanentes.
Dado a que el alcohol ilícito se produce sin los controles de calidad ni los sistemas utilizados en la cadena de suministro legítima, su consumo suele provocar enfermedades y muertes innecesarias . La República Dominicana se vio muy afectada entre 2020 y el primer semestre de 2021, con casi 450 personas que lamentablemente fallecieron por beber alcohol adulterado . Aproximadamente una de cada tres bebidas alcohólicas que se venden allí es ilícita . Es importante señalar que, aunque la cerveza es la bebida alcohólica más consumida en la región, las bebidas destiladas son las que prevalecen en el sector ilícito, con una cuota de mercado del 92% .
El alcohol ilícito también supone una gran carga económica. De los 15 millones de hectolitros que se consumen en Latinoamérica cada año, el 14.5% procede del mercado ilegal. Esto es equivalente a una pérdida estimada de 1,700 millones de dólares en ingresos fiscales .
El poder del precio
El reciente Foro sobre el Comercio Ilícito de Alcohol de la República Dominicana ofreció muchas ideas interesantes, de las cuales la más importante se refería al poder del precio. Como informa la Alianza Internacional para el Consumo Responsable (IARD), "el precio es uno de los impulsores principales del consumo de alcohol ilicito, y los altos impuestos sobre los productos regulados y de marca pueden fomentar el comercio de alcohol no regulado y el crecimiento de los mercados grises o negros".
En otras palabras, un marco fiscal desfavorable para esta industria tiene el efecto contrario al que los reguladores esperan y desean. En vez de reducir el consumo y mantener a la población más protegida, el aumento de los impuestos y de los precios al consumidor terminan fomentando la producción ilícita y los mercados negros.
