Esta aseveración no es mía, ya se ha hecho por varios autores, en innumerables publicaciones y la reacción de Facebook siempre ha sido la misma, minimizar, desestimar, evadir y hasta negar las acusaciones, al grado que han tenido que ofrecer toda suerte de excusas disfrazadas de argumentos y explicaciones que no han dejado satisfecho a nadie.
Es muy fácil comprobar que para Facebook nosotros somos el producto y no se requiere mucha ciencia para esto. Haga una prueba, busque el botón para eliminar los anuncios de su muro - alerta de spoiler - ese botón no existe. Esto demuestra que los usuarios sí somos el producto y su negocio es vender nuestro comportamiento al mejor postor, para después ser bombardeados con sus anuncios.
Según Frances Haugen, la recientemente célebre whistleblower, Facebook usa todo tipo de trucos para mantenernos durante más tiempo y reaccionando al mayor número posible de publicaciones, sin ningún tipo de escrúpulos.
En el estudio que estamos trabajando en Metrics realizamos un experimento muy simple, nos dedicamos a bloquear sistemáticamente todos los anuncios que salían en nuestro muro. Para mantener la representatividad del estudio, cada anuncio que se ocultó se marcó como irrelevante, que es una de las opciones que Facebook ofrece para bloquear anuncios. Si no lo ha intentado, le recomiendo que no lo haga, no sirve para nada.
La lógica nos dice que después de bloquear más de 2,000 anuncios, por obvias razones, disminuiría la cantidad; pues no fue así, los algoritmos de la red social se aseguraron de que siempre hubiera anuncios para presentar en nuestro muro, a pesar de que los nuevos anuncios cada vez tuvieron menos relación y relevancia para nosotros, sus usuarios.
¿Cómo puede ser que existan más de 2,000 productos que le interesen a un usuario? Esto no es así, después de 30 días de bloquear anuncios, Facebook nos comenzó a presentar mercancías totalmente sin sentido y lo más dramático es que la frecuencia con la que los presentaba se mantuvo constante.
Llegamos al punto en el que observamos un patrón, que atinadamente alguno de los investigadores bautizó como el “Patrón de Infomerciales”, al encontrar una similitud entre: los Infomerciales que se popularizaron en la televisión de finales del siglo XX y el stock de anuncios que nos recetó Facebook de forma indiscriminada causada por la acción de bloqueo.
Literalmente nos atacaron sin piedad con cientos de anuncios de productos milagro, engañosos, que en algunos casos rayaban en lo ilegal e incluso en otras ocasiones los contenidos, sobre todo los videos, llegaron a ser de mal gusto.