Las cuatro áreas en donde el reto es mayor para las agencias de medios, en términos de agregar valor a sus clientes, son:
Especialización y tecnología
El nivel de especialización en los servicios es fundamental y el modelo actual de agencia ha cambiado: hay que enfocarse en procesos de innovación. Las herramientas y la especialización son determinantes para generar nuevos negocios para mantener y escalar a los clientes actuales.
Es crucial involucrarse con el negocio del cliente y comprenderlo, no solo a nivel comunicación y marketing, sino integralmente. Es muy importante tener capacidad resolutiva. Además, hay que mostrar flexibilidad y reaccionar de manera ágil con soluciones alternativas a las dificultades que surjan.
Hay que entender el negocio como un todo integral e involucrarse en cada uno de los procesos. Ante el crecimiento de la competencia, la estrategia es descubrir nuevas opciones para los clientes, las cuales probablemente algunas no se han visualizado aún.
El foco en el talento
La realidad actual hace que las agencias busquen desarrollar a sus colaboradores a largo plazo, promoviendo la libertad de pensamiento, diversidad y respeto por las personas, sabiendo que cada uno son valores agregados por los que se generan mayor compromiso y permanencia. Sin embargo, hay que definir previamente cuáles son los valores de la empresa, para guiar al equipo hacia ese punto.
Se debe ser pro-cliente y pro-agencia, con el fin de buscar y mantener un buen balance para lograr una comunicación efectiva entre las personas y los equipos, generando valor en ambas partes.
Hoy en día, los jóvenes necesitan diferentes formas para expresar su creatividad y no quieren dedicar todo su tiempo a una agencia; muchos quieren compaginar su vida de diferentes maneras y las agencias deben desarrollar una gran flexibilidad para sortear exitosamente este desafío de poder integrar estas nuevas formas y hacerlos sentir valorados.
La estructura de la agencia de medios se está volviendo más líquida y sus procesos más ágiles y dinámicos. La labor ya no es sólo resolver problemas de comunicación, sino ayudar a los clientes a conseguir sus objetivos de negocio.