Los estudios nos dicen que los empleados no quieren escuchar solamente cuándo y cómo regresarán a la oficina, sino también lo que las empresas están haciendo en cuanto a innovación de productos y procesos, aprovechamiento de la tecnología e inversiones y cambios para combatir riesgos de salud, incluyendo la reciente alta de contagios.
La pandemia forzó un cambio fundamental en la forma como trabajamos. Gracias a los avances de la tecnología, la transición al trabajo remoto fue relativamente sencilla para muchas empresas, pero no podemos dejar de lado que hay una crisis mucho más profunda gestándose en las organizaciones.
También fue un catalizador de la gran discusión sobre el futuro del lugar de trabajo. Las opiniones de las diferentes generaciones acerca de cómo debe verse una oficina son muy diferentes. Motivados por un interés genuino en usar su carrera para transformar al mundo, los millennials y la generación Z tienen una nueva perspectiva sobre la cultura laboral; sobre la libertad y la flexibilidad que se ha acentuado después de casi dos años trabajando en casa.
Esto también ha pasado en generaciones anteriores que han descubierto una forma diferente de trabajar y balancear sus roles. Aunque también hay ejecutivos a los que les urge traer a sus equipos de regreso a la oficina y lo ven como un imperativo de negocio.
Este momento brinda a las empresas una oportunidad de enfocarse no solamente en la meta a corto plazo de regresar a la oficina, sino de analizar la situación con una visión más amplia, pensando en lo que se quiere lograr y los aprendizajes de los últimos dos años. Existen muchas preguntas y no hay respuestas fáciles, pero en cualquiera de los escenarios, la comunicación es clave y no puede ser ignorada.
El poder de una comunicación efectiva, particularmente en tiempos de crisis o intensa transformación, se ha hecho evidente en estos últimos años. Empresas queriendo construir una mejor versión de lo que eran antes se han dado cuenta de que necesitan una comunicación más abierta, constante y transparente sobre la realidad, los avances, los retos y las necesidades del negocio.
Una comunicación efectiva requiere un entendimiento real y profundo de la gente. Los líderes necesitan escuchar a sus empleados para comprender sus motivadores, sus preocupaciones y sus realidades. Esto requiere ejercicios en los que las empresas levanten información, mantengan canales de dos vías abiertos, reciban retroalimentación y establezcan foros de escucha. Entre más fuerza laboral involucrada mejor.
Además, es importante que no sea un ejercicio de una sola vez, sino que los líderes establezcan puntos de seguimiento para tomar el pulso de la situación y comunicar avances en los planes.