Superado ese aspecto surge, entonces, otro obstáculo: que no se entiende su funcionamiento técnico ante la falta de referencias sobre su uso.
Parece existir la idea equivocada de que la firma digital es tener una copia escaneada de un papel. Lo cierto es que es necesario, primero, perderle miedo y, después, conocer los requisitos de validez, cómo funcionan y cómo se presentan documentos eletrónicos, en caso de una demanda.
A pesar de que los documentos con firma electrónica son más seguros que los firmados en papel, más baratos y mucho más rápidos en su procesamiento, falta capacitación entre empresas y representantes legales.
En muchos casos, las personas nunca han visto un documento firmado electrónicamente y piensan que es como tenerlo escaneado; no exactamente es así.
En realidad, cuando se firma electrónicamente el documento se abre, por ejemplo, en Acrobat Reader y ya vienen los datos de la persona, como si estuvieran incrustados o encriptados. Es hasta entonces cuando las personas se dan cuenta de que es tan fácil como hacer un par de clics.
Y luego se presenta otro obstáculo: la creencia de que la firma digital aún no está regulada. Lo cierto es que la legislación vigente relacionada con la firma digital tiene más de 20 años y establece que todos los documentos que se firman de manera digital tienen la misma validez que uno en papel. Además, desde hace dos o tres años los jueces están mucho más capacitados en torno a estos temas.
Pero incluso entre quienes saben cómo funciona y que está regulada hay quienes siguen temiendo que, de ser el caso, los jueces en México no estén capacitados y que cuando entreguen los documentos no se los aceptarán.
No obstante, los jueces saben que existen este tipo de documentos; de hecho llevan años usando herramientas electrónicas, como los correos; y saben cómo funcionan. Dentro de un proceso legal se puede presentar el documento y cualquier persona lo puede ver dentro de una computadora.
Así, la solución para un avance más ágil de la implementación de la firma digital pasa por la capacitación de los representantes legales, tanto en la parte técnica como en la legal, para lo cual hay información abundante.