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¿Llegó el fin en torno al concepto ESG?

Algunos precursores de las inversiones sostenibles han mencionado que la “atención desmedida” en torno a las ESG ha “robado el foco” al cambio climático y quizás el término ESG deba desaparecer.
mar 14 junio 2022 12:01 AM
¿Llegó el fin de la "revolución ESG"?
“Revolución ESG”, un movimiento que propone gestionar las empresas con mayor enfoque en los riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, apunta Pablo Jiménez Zorrila.

(Expansión) - Ante una serie de acontecimientos recientes, hay quienes se cuestionan si estamos presenciando el principio del fin de la “revolución ESG”, un movimiento que propone gestionar las empresas con mayor enfoque en los riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, valorando el impacto de sus operaciones en los distintos grupos de interés (stakeholders).

Algunos afirman que estos acontecimientos señalan el fin de una moda pasajera y, por lo tanto, la vuelta a la teoría de Milton Friedman que prevaleció desde los años 70, conocida como shareholder theory, que sostiene que la única responsabilidad de una empresa es la de generar valor para los accionistas.

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Entre los ejemplos más visibles está la reacción virulenta de Elon Musk tras la salida de Tesla del índice ESG del S&P 500 y la consecuente caída en el precio de sus acciones en 6%. Aun cuando Tesla es frecuentemente aplaudida por su desempeño en materia ambiental, también es cuestionada por supuestas prácticas de discriminación racial y condiciones laborales inadecuadas en sus fábricas.

Al respecto, el hombre más rico del mundo declaró que “ESG es una estafa. Ha sido convertido en un arma por falsos guerreros de la justicia social”. En un tono similar, el famoso inversionista Peter Thiel calificó ESG como una "fábrica de odio para señalar enemigos" y a las inversiones con enfoque ambiental como "falsas".

Por otro lado, el encargado de las inversiones sostenibles en HSBC a nivel global señaló, en un foro de gran relevancia, que los riesgos financieros relacionados con cambio climático han sido exagerados y deben recibir menos atención. El CEO del banco tuvo que intervenir para aclarar la situación, enfatizando la importancia de este tema para la institución.

Además, algunos precursores de las inversiones sostenibles han mencionado que la “atención desmedida” en torno a las ESG ha “robado el foco” al cambio climático y quizás el término ESG deba desaparecer.

Más allá, el término ESG ha tomado un tinte político y recibe críticas desde ambos lados del espectro. Una parte de la derecha etiqueta al movimiento como woke, imputándole un falso posicionamiento de superioridad moral. En el otro extremo, la izquierda radical critica las iniciativas ESG de las empresas tachándolas de insuficientes o simplemente mercadológicas. Esta tensión destaca la importancia de “despolitizar” el movimiento ESG.

Ante esta oleada de ataques, nadie sabe cuál será el futuro de la “revolución ESG”. Por mi parte, auguro larga vida para este nuevo enfoque de gestión empresarial. A continuación, menciono cinco macrotendencias en las que baso esta perspectiva.

Primera, los riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo ocupan un lugar importante en la agenda de los directivos y los consejos de administración. Múltiples encuestas realizadas a nivel global destacan la creciente importancia que tienen los temas ESG en la agenda de los consejos, así como la necesidad de profundizar su conocimiento (ej. 2021 PwC Annual Corporate Directors Survey ).

Los directivos han incorporado estos temas en sus mensajes (internos y externos) y los mencionan como elementos integrados a la estrategia del negocio.

Segunda, la regulación sigue avanzando y la convergencia se acelera. En los últimos meses, las autoridades de valores en varias economías desarrolladas (Estados Unidos, Reino Unido, Unión Europea) han publicado nuevas disposiciones o proyectos de regulación para incrementar los deberes de divulgación en materias ambiental y social (principalmente, con enfoque en la fuerza laboral). Al mismo tiempo, existen avances en la convergencia de los estándares de reporte de información ESG.

Tercera, existe un mayor escrutinio del greenwashing por parte de las autoridades. En semanas recientes, la U.S. Securities and Exchange Commission acusó a la minera brasileña Vale por supuesta falsedad en su divulgación sobre temas ESG y advirtió que protegerá “agresivamente (los) mercados de los infractores, sin importar en qué parte del mundo se encuentren".

La misma autoridad multó a BNY Mellon por las afirmaciones engañosas sobre sus fondos de inversión que dicen seguir criterios ambientales y sociales para elegir acciones. Además, las autoridades alemanas realizaron una redada en las oficinas de DWS, una filial de Deutsche Bank, argumentando que la compañía engañó a sus inversionistas con supuestas “inversiones verdes”. Su CEO renunció de manera casi inmediata.

Esta tendencia, junto con la anterior, contribuirán a dar claridad y certeza a los criterios y procesos que sigan las empresas que reportan información ESG, así como las instituciones financieras que ofrecen inversiones etiquetadas como ESG, verdes o sustentables. Estas son buenas noticias.

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Cuarta, el financiamiento sostenible avanza con paso firme alrededor del mundo. Por ejemplo, en México el valor de las emisiones de bonos etiquetados (verdes, sociales, sustentables y ligados a la sustentabilidad) durante 2021 fue 2.7 veces mayor que en 2020 y 18 veces mayor que en 2019, según el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. A pesar de la contracción general del financiamiento, las cifras de 2022 son alentadoras.

Quinta, la expectativa de que las empresas participen en la solución de problemas complejos está en su nivel más alto en décadas. Múltiples estudios y encuestas muestran que, alrededor del mundo, los grupos de interés (especialmente empleados y consumidores), esperan que las empresas jueguen un papel relevante en la solución de problemas complejos como el cambio climático, la desigualdad, el acceso a la salud, la corrupción y la protección de los derechos humanos, por mencionar algunos. Las empresas que no atiendan este llamado pagarán el precio perdiendo talento y clientela.

Estas macrotendencias no desaparecerán de la noche a la mañana. Por el contrario, anticipo que varias de ellas desarrollarán mayor rigor y profundidad. No sé si ESG es una nomenclatura que sobrevivirá por muchos años o si evolucionará en uno o varios términos nuevos, con trasfondo similar. De lo que estoy convencido es que el nuevo papel de las empresas difícilmente tendrá vuelta atrás ya que es parte de un renovado pacto social hacia un capitalismo más incluyente.

Nota del editor: Pablo Jiménez Zorrilla es socio de Von Wobeser y Sierra, S.C. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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