En los últimos 10 años el dólar se apreció 48% contra el peso y en 20 años se ha apreciado 90%. Ahora ampliemos un poco más la ventana: en los últimos 30 años, ¡el dólar se ha apreciado 527% contra el peso!
Pero… ¿por qué pasa esto? La constante de los mercados de capitales, que incluye a las monedas, es la incertidumbre. Pero la relación fundamental entre las monedas de cada país es la inflación. Un país que tiene mayor inflación tiende a tener una moneda más débil que la de su par que tiene menor inflación. Digamos que pierde más valor contra sí misma, lo cual le perjudica al compararse con otras monedas. Es el caso de México, que ha tenido mayor inflación que Estados Unidos a lo largo del tiempo, tendencia que continuará siendo una realidad por toda una serie de factores macroeconómicos que son muy difíciles de revertir.
El segundo factor, más de corto plazo, son las tasas de interés. El mecanismo principal de control de política monetaria para los Bancos Centrales son las tasas de interés de referencia que imponen, en el caso de México, Banxico, y en el caso de Estados Unidos, la Reserva Federal.
Aunque en los mercados mexicanos ha existido cierto control desde hace más de 40 años, la tasa de referencia como tal se implementó apenas en 2008, y hoy está en su máximo histórico, 10%. El nivel tan alto de esta tasa, que se considera libre de riesgo para quienes invierten en ella, merece gran parte del crédito al diagnosticar el por qué de la fortaleza del peso. Desde 2018, esta tasa constantemente ha sido 6% mayor a la respectiva de Estados Unidos, que hoy por hoy se ubica al 4%. Esto ha ayudado a que el peso, aunque por momentos pierda terreno contra el dólar por cualquier circunstancia, se termine estabilizando a niveles cercanos a los 20 pesos.
El tercer factor, también muy lento en cambiar, es el endeudamiento de los países. Probablemente es el dato económico del cual nuestro país tiene que estar más orgulloso. El colapso que vivimos en la crisis de 1995 nos dejó una cicatriz muy profunda contra incurrir en grandes deudas; y sobre todo en deuda dolarizada, la asesina de los países emergentes, que casi es nula en nuestro país.
México tiene un poco menos de 60% de deuda contra el tamaño de su economía, mientras que básicamente todos los países desarrollados, incluido Estados Unidos, tienen más de 100% de deuda contra su economía. El peor en esta medida es Japón, que tiene una deuda de 266%, más de cuatro veces el endeudamiento mexicano. No debe entonces sorprender que, también por tener las tasas de interés más bajas del mundo, Japón ha tenido a la moneda más débil entre los países desarrollados este 2022.