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Si puedes contra ellos, úneteles en un ecosistema abierto

No voy a decir que tenemos que ser como hormigas, ya que no espero que todos se unan para levantar la misma roca al mismo tiempo, pero podemos ir pasándola.
lun 02 enero 2023 07:09 AM
Si puedes contra ellos, úneteles en un ecosistema abierto
A medida que sigamos adoptando ecosistemas abiertos, estaremos mejor preparados para cualquier incertidumbre y viviremos en un mundo donde la innovación no tenga límites, considera Ana Peña.

(Expansión) - "Si no puedes contra ellos, úneteles", este dicho popular ejemplifica muy bien la constante competencia en la que vivimos: quién sacó la mejor calificación de la clase, quién vistió mejor en la graduación, quién gana más, quién tiene el mejor puesto... Pero si el esfuerzo por competencia nos lleva lejos, el esfuerzo en conjunto nos lleva al infinito, en especial cuando hablamos de la innovación tecnológica en 2022. “Dos cabezas piensan mejor que una” y te lo voy a demostrar.

En el ámbito tecnológico, esa competencia se puede ver como un ecosistema cerrado y la colaboración entre empresas como un ecosistema abierto. Para entender qué es esto último, podemos voltear a ver a Microsoft, un software que puede ejecutarse en tu laptop Dell en la casa y al siguiente ir a la oficina a trabajar en tu All in One HP sin perder datos ni funcionalidad.

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Pero no sucedería lo mismo si pasas de una Dell a la manzana... Para lograr un ecosistema abierto tenemos que sentar una base que permita a diferentes tecnologías, desarrolladores y organizaciones hablar el mismo idioma, aprovechar los descubrimientos de los demás y trabajar juntos, no ponerse el pie.

No importa a lo que te dediques, tu vida se ve afectada por esta apertura y cierre de los ecosistemas tecnológicos. Te voy a contar una historia que te lo puede poner muy claro. En 2008, en Kenia, se creó una plataforma llamada Ushahindi para monitorear y detectar problemas durante las elecciones de gobierno, pero esta herramienta no se quedó ahí.

Los creadores de esta decidieron dejar el código abierto, acción que permitió que más adelante este software fuera adaptado y utilizado para reportar casos de abuso de derechos humanos para los inmigrantes en África del Sur y los habitantes de República Dominicana, el seguimiento de terremotos en Haití y Chile en el 2010 y seguimiento de inundaciones en Tabasco, México, en 2020. Definitivamente este impacto a través del mundo no habría sido posible si hubieran patentado la plataforma.

Otro ejemplo que quizás te sea más palpable. Durante la pandemia por COVID-19, los laboratorios, gobiernos, universidades y científicos decidieron unirse para resolver uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la humanidad en tiempos modernos, y recurrieron a Texas Advanced Computing Center (TACC) Frontera, una de las computadoras más poderosas del mundo. Esta logró otorgar una facilidad de mapeo a nivel molecular y atómico de este virus.

Se utilizaron miles de herramientas tecnológicas para compartir los datos y conocimientos de la manera más segura, permitiendo que todas estas mentes brillantes tuvieran acceso a los distintos avances, acelerando así nuestro camino a superar este gran reto. Para mí fue impresionante ser testigo del gran potencial colectivo que podemos desbloquear simplemente al unirnos, ser abiertos y tenernos confianza.

¿Cómo tener más ecosistemas abiertos?

Imagina que eres un jardinero que genera una mezcla de distintas tierras que te van a garantizar que siempre broten las semillas con una rapidez inigualable. Podrías dejar que tus compañeros generen su propia mezcla de tierras, pero decides compartir tu descubrimiento con ellos. Gracias a esta decisión, uno de tus compañeros toma tu receta de tierras y planta un árbol que termina dando un fruto curativo. ¿Por qué nos cerraríamos?

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Es algo parecido al sentar una red de código abierto. Esto es cuando los desarrolladores de software, en vez de patentar y encriptar sus códigos, los dejan abiertos para que cualquiera los pueda tomar, utilizarlos como base y crear sus propias combinaciones. Sin embargo, hoy en día únicamente el 29% del código se encuentra abierto, según estadísticas de RedHat .

Estos cambios no los vemos de un día para otro. Seguimos viendo más y más pilas de software que se convierten en sistemas patentados y verticalizados diseñados para encerrar a los desarrolladores. Tomando en cuenta la Ley de Moore, sabemos que el poder de cómputo se duplica constantemente, por lo que debemos asegurar que el resto de las tecnologías sigan el mismo ritmo de innovación.

¿Los consumidores pueden hacer algo?

Sí. El primer paso es el poder de la información. Personas como tú que están leyendo esta columna ya están un paso más adelante, y te lo agradezco. El estar informados no solo de lo que es un ecosistema abierto, sino también investigar si los celulares, laptops, televisores o relojes inteligentes que tenemos en nuestros hogares son parte de uno, nos puede ayudar al momento de tomar una decisión.

Otro modo de apoyar es aportando a las empresas que se basan en códigos abiertos o los ofrecen, como Mozilla Firefox, que pide aportaciones monetarias para poder seguir operando en esta modalidad.

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No voy a decir que tenemos que ser como hormigas, ya que no espero que todos se unan para levantar la misma roca al mismo tiempo, pero podemos ir pasándola. Puedes tener excelentes resultados en todo momento, pero el no encontrar fallas en tu proyecto no quiere decir que no puedas obtener ayuda para mejorar tu resultado. A medida que sigamos adoptando ecosistemas abiertos, estaremos mejor preparados para cualquier incertidumbre y viviremos en un mundo donde la innovación no tenga límites.

Nota del editor: Ana Peña es directora de comunicación para Intel Américas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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