(Expansión) - Si la industria de las tecnologías de la información (TI) fuera un país, sería el quinto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Ya sé, yo también escupí el café. Si bien por un lado el trabajo de las empresas tecnológicas es impulsar la innovación para el bien de la humanidad, no es común que la industria reconozca el impacto medioambiental que deja detrás. Y es que esto va más allá de reducir el consumo de papel, de agua, o de popotes 😑; se trata de cómo el uso de los datos, que es la materia prima de las compañías de TI, emite tanto CO2 que me pone en un dilema.
Es un must que la tecnología sea sostenible
Primero necesito explicarte de dónde sale esto. Hoy todo lo que hacemos genera datos: si publicaste una foto, si escuchaste música en una app, si viste una película por streaming o si usaste un mapa para ir a un lugar que no conoces, todo eso generó muchísimos datos en internet, a esto se le llama big data, la cual es muy útil para, por ejemplo, predecir el tránsito de una ciudad. Para sacarle provecho a esta información, se necesitan centros de datos.
Un centro de datos es una instalación física que las empresas usan para alojar sus aplicaciones y datos (son esas salas enormes con cajas negras que parecen refrigeradores llenos de luces y cables de colores bien organizados). Aquí los datos se almacenan, procesan y se convierten en información útil para la toma de decisiones. Por eso los centros de datos serán más importantes a medida que las empresas aprovechan la Inteligencia Artificial, analítica o nube, que son tecnologías que se basan por completo en los datos.
Entonces, si el uso de los datos nos ayuda a tener mejores servicios, ¿cuál es el problema? Estas instalaciones consumen el 2% de la electricidad en todo el mundo (una cifra que se prevé que aumente a 8% en 2030) y, según Greenpeace, también suponen el 2% de las emisiones globales de CO2.
Aquí es cuando empiezo a sudar, porque por un lado tenemos la posibilidad de usar toda la tecnología conocida y por haber para mejorar la vida de las personas en el mundo, pero por el otro, estamos contaminando el planeta donde vivimos.
Y es que esto va más allá de un tradicional plan de responsabilidad social, porque no es que solamente una empresa use centros de datos, ¡todas las de TI tienen centros de datos! El problema se agrava tomando en cuenta que muchas compañías que no son de tecnología, como los bancos, necesitan tener esta infraestructura in situ. ¿Cómo hacer para que toda una industria sea realmente sustentable?
El poder de colaborar
Como la clave está en reducir el consumo de electricidad, a nivel técnico se puede optar por la energía solar o implementar refrigeración líquida, que requiere menos energía que los aires acondicionados. También se puede apostar por el Edge Computing, que consiste en poner mini data centers cerca de donde se generan los datos, esto reduce la cantidad de transmisión de información, de procesamiento, y por ende, no se consume tanta energía.
Pero estas soluciones técnicas se quedan en la decisión de cada empresa que decide construir un centro de datos, no son soluciones a nivel industria que puedan tener mayor impacto. Abordar los problemas medioambientales requiere una colaboración a gran escala. Para cambiar radicalmente la forma en la que operan los centros de datos, las empresas de TI en su totalidad deben perseguir un ecosistema abierto e integrado.
Ya te he explicado antes qué es un ecosistema abierto , que en resumen es tecnología que, aunque sea de diferentes empresas, puede convivir y trabajar en conjunto porque habla el mismo idioma. En el caso de los centros de datos, un ecosistema tecnológico abierto permite simplificar y acelerar la implementación tanto del hardware como de las soluciones que pueden reducir su consumo de electricidad.
Por ejemplo, si una empresa desarrolla una solución de enfriamiento líquido (que es más ecológico) que no es compatible con todos los sistemas del mercado, poco será el impacto que tendrá en la industria, y por ende, en el medio ambiente.
Para impulsar un verdadero cambio sostenible, debemos colaborar COMO INDUSTRIA y explorar los avances en el suministro y consumo de energía. Es un alivio que cada vez se ven más procesadores para servidores (que son como el CPU de los data centers) que prometen mayor desempeño por watt, o sea, procesan más, pero gastan menos energía.
Si de verdad nos tendemos las manos entre las empresas de TI, podremos asegurar que los centros de datos del futuro no sólo impulsen la utilización eficiente de la energía necesaria para mejorar el impacto medioambiental, sino que también den vida a nuevos enfoques, avances tecnológicos y mayor innovación. ¿Colaboramos?
Nota del editor: Ana Peña es directora de comunicación para Intel Américas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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