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#Entrelíneas | ¿Ya es Sheinbaum?

Aunque el excanciller, Marcelo Ebrard, todavía goza del voto en silencio de los empresarios, se están inclinando hacia la exjefa de gobierno de la Ciudad de México. No por filias necesariamente.
lun 28 agosto 2023 05:19 AM
sheinbaum
Los encuentros con Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo se despliegan a través de reuniones privadas, cenas en las que se le profesa apoyo y se le abre el espacio para que pregone el rumbo que, según ella, debe tomar el país a partir de diciembre de 2024.

Es Claudia Sheinbaum. En este momento, tomando como referencia el calibre de los eventos públicos, pero sobre todo de lo que ocurre tras bambalinas, la cúpula empresarial se está inclinando hacia la exjefa de gobierno de la Ciudad de México. No por filias necesariamente. Es pragmatismo. En tanto, los aires de cambio que soplan gracias al Frente Amplio por México no son suficientes, aún, para revertir la tendencia.

¿Cómo se ha tejido la historia que da cuenta de las inclinaciones de los líderes empresariales rumbo a 2024?

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Hace unos meses, cuando arrancó este extraño (e irregular) proceso rumbo a la sucesión presidencial, la IP se encontraba en una especie de pasmo derivado de lo que para ésta era ya un hecho consumado: la continuidad del proyecto político de la autollamada Cuarta Transformación, que tantos problemas y enojos le ha provocado. En ese momento, no maduraba aún la pasarela de suspirantes para suceder a Andrés Manuel López Obrador, pero buena parte de los empresarios proyectaba, con un dejo de derrota y decepción, que no había mucho qué hacer para contrarrestar lo que para buena parte de ellos era una pesadilla de la vida real.

Al paso de las semanas, y conforme empezaron a surgir nombres, entre algunos integrantes de la comunidad empresarial surgió un resquicio de esperanza en medio de la continuidad encarnado en Marcelo Ebrard, quien aún habiendo sido parte del gobierno es considerado como un político pro negocios, con proyección global, entre otras cosas. Así, el excanciller todavía goza del voto en silencio de los empresarios, pero ellos consideran que las posibilidades para amarrar la coordinación de la defensa de la autollamada Cuarta Transformación son pocas.

Por otro lado, la contienda entre Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes por la candidatura del Frente Amplio por México redujo en algunos círculos del sector privado la percepción de vacío que dominaba meses atrás y, ahora, empieza a germinar la idea de que la batalla por la sucesión no implicará, al menos, el avasallamiento del partido en el poder. Sí, hay quienes piensan que un milagro podría ocurrir en junio de 2024 y sepultar la continuidad del proyecto impulsado por el Presidente, pero esta posibilidad es tomada con varios granos de sal.

En ese sentido, las filias y fobias de los empresarios hacia las suspirantes del Frente Amplio por México tienen motivaciones distintas. Muchos empresarios se subieron a este tren de la ilusión a raíz de la subida tan súbita que ha tenido Xóchitl Gálvez, pero no les encanta del todo porque no la ven con la suficiente preparación para ocupar la Presidencia. Beatriz Paredes, por su parte, se observa con muchas más tablas, pero su pertenencia al PRI es su principal negativo.

De acuerdo con testimonios recabados, el Frente Amplio por México cuenta con muchas simpatías de los empresarios no necesariamente por su plataforma política sino, simplemente, porque es el único que captará el voto de castigo hacia el actual gobierno y a través del cual se podría construir un contrapeso, sobre todo para el Congreso, pero al final las posturas a su favor se expresarán tras bambalinas, nada más. Así, ningún empresario emitirá, públicamente, su apoyo hacia el Frente. Quizá, a nivel local haya quienes se atrevan a hacerlo, pero nadie a nivel nacional. Nadie.

Es decir, el sector privado será muy cauteloso para expresar su apoyo al Frente Amplio por México y aplicará un principio básico: como empresarios deben cuidar las formas pero en lo individual, como votantes, no necesariamente están de acuerdo con lo que está pasando. Así, el Frente Amplio por México provocó un ajuste en las percepciones de los empresarios rumbo a 2024, pero solo es eso, una percepción, pues para su infortunio sigue dominando la idea de que la autollamada Cuarta Transformación tiene la maquinaria para sostenerse.

Bajo este contexto, las filias hacia Marcelo Ebrard se mantienen, pero ya se percibe la inclinación de la cúpula empresarial hacia Claudia Sheinbaum. La reunión que la exjefa de gobierno de la Ciudad de México tuvo hace unos días con ésta parecía ya el típico evento oficial de alguien que ya detenta el poder político. Según fuentes que fueron parte, no se trató de una comida para compartir el pan y la sal con quien aspira a una candidatura; fue una reunión con muchos más símbolos.

Empresarios convocados así la reseñan: a diferencia de lo que ocurrió en una primera reunión en la que Claudia Sheinbaum se mostró confrontativa, en ésta se hizo sentir como si fuera ya la Presidenta usando una narrativa a través de la cual pretendía acentuar su experiencia, su grado de Doctora. Las preguntas que se le formularon, dicen las fuentes consultadas, habrían sido previamente trabajadas con su equipo, de tal forma que no hubo ni una sola pregunta incómoda, nada que rompiera los protocolos ni que descompusiera la armonía.

En esa comida sí se habló de energía eléctrica y su importancia, también de seguridad, pero no desde el punto de vista del empresariado sino desde las políticas públicas que Claudia Sheinbaum quiere impulsar, que no es lo mismo. Así, no se dijo nada del robo de mercancías en carreteras, de permitir la cogeneración de energía eléctrica con el sector privado ni de su distribución; tampoco hubo alguna mención a los daños reputacionales que el país registra en el exterior a raíz de la inseguridad ni de las tensiones que ya existen con Estados Unidos y los pleitos al calor del T-MEC.

Al margen de esta reunión, los encuentros con Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo se despliegan a través de reuniones privadas, cenas en las que se le profesa apoyo y se le abre el espacio no necesariamente para que ella escuche a los empresarios sino para que pregone el rumbo que, según ella, debe tomar el país a partir de diciembre de 2024. Pragmatismo.

En conclusión, entre la comunidad empresarial hay un deseo por que el Frente Amplio por México crezca; por otro lado, quisiera que Marcelo Ebrard ganara la encuesta interna de Morena o incluso Adán Augusto López, pero todo parece indicar que es Claudia Sheinbaum. Y, por eso, nadie quiere estar fuera de una foto con ella, aún teniendo presente que el estilo de gobierno que no gusta se puede mantener.

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Muy pronto se sabrán los nombres que protagonizarán la sucesión presidencial y esto anima a lanzar varias preguntas: ¿Cuál será el papel de los órganos de representación empresarial frente a la sucesión? ¿Alzarán la voz frente a lo que ha ocurrido en lo que va de esta administración y llamarán a un ajuste? ¿Cuestionarán aquellas promesas de campaña con las que no estén de acuerdo? ¿Hay y habrá ‘pase de charola’? ¿Serán contundentes y enérgicos en sus posturas?

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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