En otras palabras o en un sentido más amplio, podría decir que la libertad financiera permite dedicarnos a lo que más nos gusta, implementar nuestra vocación y trabajar o desarrollar proyectos personales sin depender de la productividad económica que generen dichos proyectos. Es decir, olvidar los límites que nos impone el dinero y quitarlo del centro de nuestros pensamientos.
Consejos para alcanzar la libertad financiera
En una época tan desafiante como la actual, lo primero que debemos decir es que la mayoría de las personas lucha diariamente con las complejidades del dinero y las inversiones. Soñar con tener libertad financiera y disfrutar de un futuro sin preocupaciones económicas es un anhelo común, pero este sueño rara vez se convierte en realidad si no comprendemos cómo funciona el dinero o cómo hacerlo trabajar a nuestro favor.
Tampoco contar con una abultada cuenta bancaria es garantía de que sabemos gestionar nuestro dinero de forma inteligente. Por eso escuchamos en varias ocasiones emprendimientos fugaces y sus fracasos.
En mi experiencia como emprendedor he aprendido algunas cosas y aún batallo contra otras diariamente, intentando comprender el mundo globalizado y volátil en el que pretendo hacer negocios. Y aunque creo que tengo las herramientas para afirmar que la libertad financiera no es una utopía inalcanzable o un privilegio de la gente con dinero, sí debo decir que no llegará sin esfuerzos.
En mi opinión, lo crucial a la hora de hablar de libertad financiera es la educación financiera. No es un juego de palabras, para poder pensar menos en el dinero, debemos comprender cómo funciona y cómo podemos hacerlo trabajar en nuestro favor.
La educación financiera no consiste sólo en hacer presupuestos y en ahorrar, sino que se trata de comprender cómo funciona el dinero de forma integral y cómo podemos aprovecharlo para maximizar su rendimiento.