Quienes eligen no enfrentar al miedo están tomando el camino fácil, pero en el futuro esa decisión sencilla se convertirá en un verdadero problema. Esto se ve reflejado en todos los aspectos de nuestras vida y el financiero es uno de ellos. Por ejemplo, no hacer un presupuesto hoy es la salida fácil, pero eso se convierte en un problema cuando en el futuro las deudas nos quitan la tranquilidad.
El miedo es un ladrón por experiencia que se roba nuestras oportunidades, nos lleva a tomar decisiones equivocadas y el precio que pagamos suele ser alto. En mi experiencia, uno de los caminos en donde más miedo hay es en el de la independencia financiera, ya sea que hablemos de emprender o invertir, el miedo se apodera de las personas.
Es entendible ya que siempre que se habla de dinero nadie quiere perder y todos queremos ganar, pero ganar hay que tomar decisiones difíciles hoy para tener una vida fácil mañana. Porque solo así redefiniendo nuestro presente es que podemos tener un mejor porvenir financiero.
De debilidades a fortalezas
La batalla contra el miedo no es algo que tengamos que pelear solos. Por el contrario, vivimos rodeados de personas que con su acompañamiento, conocimientos y experiencias pueden convertirse en grandes aliados. Esto es clave cuando se trata de tomar decisiones financieras.
Una de las grandes estrategias del miedo ha sido hacernos creer que es una debilidad, pero el velo como tal solo nos limita y nos aleja incluso del impulso de intentar las cosas. ¿Cuántas veces no nos hemos aventurado a dar ese gran paso por miedo?
Las debilidades se convierten en fortalezas solo cuando las entendemos, cuando sabemos de dónde vienen y qué nos quieren decir. Si tu miedo es fracasar al emprender, estás olvidando que el fracaso es el mayor de los aprendizajes, pero tenemos creencias muy arraigadas que nos hacen ver las cosas bajo el manto de la inseguridad.
Por ejemplo, al invertir creemos que eso solo es para personas especialistas en finanzas, que tienen millones en el banco y que (casi desde su nacimiento) entienden la lógica de los negocios. Lo cierto es que hasta los más grandes empresarios han tomado malas decisiones, algunas pésimas, pero están donde están porque lo volvieron a intentar, aprendieron y su fracaso es ahora su mayor fortaleza.
Gánale al dragón
El miedo es como un dragón que parece enorme y aterrador, pero que no es invencible y muchas veces basta una pequeña acción para vencerlo. Ya sea al luchar contra dragones o al planear tus finanzas, la clave está en la estrategia.