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Mexicanos en llamas: por qué necesitamos más psicólogos clínico-laborales

México, al igual que muchos otros países, enfrenta una de las crisis de salud mental más impactantes de los últimos años. El espacio laboral se ha convertido en epicentro de muchos trastornos.
mié 14 agosto 2024 06:02 AM
Mexicanos en llamas: por qué necesitamos más psicólogos clínico-laborales

Por asombroso que parezca, en México, hablar de salud mental sigue siendo como abrir la caja de Pandora. Se trata de un tema complejo que pareciera “mejor” abordar de forma superficial acompañados por coaches o influencers, para no tener que explorar las causas de la estigmatización, los prejuicios, la falta de educación y la escasa conciencia que aún existe en las diversas esferas sociales.

Los datos no mienten: de acuerdo con la Secretaría de Salud, aunque casi una quinta parte de la población padece algún trastorno mental, hay menos de un psiquiatra y poco más de 3 psicólogos por cada 100,000 habitantes. Además, el número de casos de depresión, estrés, ansiedad e insomnio van en aumento, y el 81.4% de los mexicanos no reciben la atención apropiada.

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El panorama es aún más alarmante cuando ponemos el foco en el entorno laboral, donde la falta de psicólogos laborales especializados en intervención clínica es una realidad que contribuye al incremento de trastornos como ansiedad, estrés grave, depresión o Síndrome de Burnout, hoy catalogado como enfermedad laboral.

¿Las consecuencias? Una mayor rotación de personal, bajas laborales y disminución en la productividad. Incluso, a nivel individual, el impacto se extiende a la vida personal y social, afectando las relaciones con la familia, la pareja y los amigos.

En resumen, México, al igual que muchos otros países, enfrenta una de las crisis de salud mental más impactantes de los últimos años. El espacio laboral se ha convertido en epicentro de muchos de estos trastornos y la falta de especialistas en el campo médico está agravando la situación.

Si bien se están atacando estos problemas, es indispensable poner el dedo en el reglón y decir que hablamos de un tema de salud pública, que requiere de especialistas en el áreas de la salud así como de estudios serios y profundos para abordarse con la misma seriedad que otras enfermedades.

Para pasar del dicho a la acción será necesario contar con las empresas, y el cambio empieza cuando los líderes dejen de ver a la salud mental como un tema superficial, aquí el tema resulta más profundo aún, la base de la salud mental en las organizaciones comienza con las condiciones dignas de trabajo, de nada sirve una tarjeta de beneficios wellness sino hay jornadas claras, objetivos definidos y liderazgo saludable. Las compañías han sido parte del problema, pero también pueden ser parte de la solución.

Sin embargo para lograr un cambio real y de alto impacto, contar con profesionales de la salud es sólo el primer paso, adicional a ello también es importante contar con:

Financiamiento para la profesionalización de psicólogos clínico-laborales

Estos apoyos ayudarían a cubrir los costos asociados con la capacitación de psicólogos y otros profesionales en el área de salud mental laboral. De manera que sea posible asegurar que haya suficientes psicólogos laborales capacitados para abordar las necesidades de los colaboradores.

Normativas de evaluación y prevención de riesgos psicosociales

Establecer regulaciones que requieran a las empresas realizar evaluaciones periódicas de riesgos psicosociales como monitoreo de jornadas laborales, clima laboral, entre otros y desarrollar planes de acción para mitigarlos.

Aunque en este rubro México ya tiene puestas “las manos a la obra”, con ejemplos como la Norma Oficial Mexicana ( NOM-035 ) que busca prevenir los riesgos psicosociales en el entorno laboral, muchas empresas aún no cumplen la reglamentación, muchas veces porque no tienen claridad de cómo implementarla.

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Incentivos fiscales para programas de salud mental

Ofrecer beneficios fiscales a las empresas que implementen programas de salud mental en el lugar de trabajo. Esto puede incluir deducciones fiscales o créditos por gastos relacionados con la contratación de psicólogos laborales y la creación de espacios y actividades para apoyar la salud mental. Al reducir la carga fiscal para las empresas que invierten en la salud mental de sus colaboradores se fomenta la adopción de estas prácticas y se aligera la carga económica de estas iniciativas.

Abrir la caja de Pandora puede desatar tempestades, sin embargo, es fundamental que nos atrevamos a hacerlo, es una utopía sí, pero posible también.

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Nota del editor: Yunue Cárdenas es CEO de Menthalising. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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