La minería es uno de los pilares que moldean nuestra economía y construye la infraestructura sobre la que se sustenta el país. Sin embargo, en los últimos años, ha enfrentado un doble desafío: Adaptarse a la transición global, lo que implica llevar a cabo prácticas más sostenibles e implementar nuevas y mejores tecnologías. Todo para mantenerse competitiva en un mercado cuyas exigencias crecen todos los días.
¿La fuerza laboral minera está lista para los desafíos que traerá la IA?
Es justo aquí donde entra en juego la Inteligencia Artificial (IA), que no sólo transforma la operación minera, sino que redefine completamente cómo se concibe el sector. La IA permite optimizar procesos críticos como la exploración geológica, el análisis de datos en tiempo real y la automatización de equipos pesados, incrementando la precisión y reduciendo riesgos en entornos peligrosos.
Además, abre la puerta a una minería predictiva, capaz de anticipar fallos, gestionar recursos de manera más eficiente y minimizar el impacto ambiental mediante decisiones informadas y sustentadas en datos.
Este cambio de paradigma, aunque prometedor, plantea una pregunta: ¿está la fuerza laboral minera lista para los desafíos que traerá consigo el futuro?
Mucho más que sensores y robots
Hablar de IA en la minería suele evocar imágenes de maquinaria autónoma excavando profundidades o drones mapeando terrenos imposibles, pero no solo está en las máquinas; vive también en los datos que generan. Estos, analizados y gestionados de manera inteligente, son el verdadero motor de la transformación.
Imagina un videojuego de simulación donde se tiene que construir una mina desde cero. Ahora imagina también que esa tecnología no es un juego, sino una herramienta de capacitación. Gracias a la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV), los trabajadores pueden entrenarse en entornos simulados que replican las condiciones de una mina, desde la extracción hasta el transporte. Esto no solo mejora la seguridad, sino que también acelera el aprendizaje.
Sin embargo, el potencial de la IA reside en la capacidad de convertir datos en conocimiento accionable, permitiendo a las empresas mineras tomar decisiones más ágiles y precisas. ¿Cuál es el mejor momento para extraer? ¿Cómo se pueden reducir los tiempos? ¿Dónde es posible optimizar el uso de energía? La IA responde estas preguntas, pero requiere de especialistas capaces de interpretar los resultados y aplicarlos estratégicamente.
De manera que, la primera habilidad que se requiere es la alfabetización digital avanzada. Ya no basta con saber manejar maquinaria pesada, ahora es necesario entender cómo los datos fluyen dentro del ecosistema digital de la mina. Esto demanda una nueva generación de operadores capaces de interactuar con estas tecnologías, operarlas e interpretar métricas complejas en tiempo real.
Empresas y universidades
La minería del futuro no solo se basa en maquinaria avanzada y algoritmos sofisticados, sino en las personas que están detrás de su implementación y gestión. Científicos de datos, expertos en ciberseguridad, ingenieros en automatización y programadores especializados en inteligencia artificial, serán roles clave.
Sin embargo, estos campos, en México, todavía está en sus primeros pasos. La falta de profesionales capacitados podría convertirse en una barrera para la adopción efectiva de tecnologías emergentes. Aquí es donde las empresas y las instituciones educativas juegan un papel crucial.
Las compañías mineras deben entender que la tecnología por sí sola no es suficiente. No basta con adquirir los equipos más modernos o instalar sofisticados sistemas de automatización; es fundamental contar con una fuerza laboral que sepa aprovechar estas herramientas al máximo. Esto implica invertir en programas de capacitación continua, diseñados para que sus trabajadores adquieran y actualicen habilidades digitales de manera constante.
Por otro lado, las instituciones educativas tienen la responsabilidad de preparar a los profesionistas que las empresas requieren. Las universidades y escuelas técnicas deben actualizar sus planes de estudio para integrar competencias relacionadas con la minería digital: análisis de datos, inteligencia artificial, automatización industrial y ciberseguridad, entre otras.
¿Un futuro inclusivo o exclusivo?
Uno de los grandes debates sobre la adopción de IA en la minería es su impacto laboral. Existe el temor de que estas tecnologías puedan desplazar a empleos tradicionales, especialmente en comunidades donde la minería es una fuente principal de sustento. Pero la realidad es que la tecnología está aquí para abrir oportunidades, abren oportunidades para mujeres y jóvenes que antes estaban subrepresentados en el sector.
La IA no va a reemplazar al trabajador; lo reconfigura. El desafío está en preparar a la fuerza laboral para dicha transformación, asegurando que nadie se quede rezagado en la mina del futuro.
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Nota del editor: Zulma Herrera es CEO de Mynotauro Co. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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