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#Entrelíneas | ¿Recesión? ¿Desaceleración? Cuando la incertidumbre se impone

El mal clima en torno de la economía mexicana no se gestó de la noche a la mañana. En realidad, las condiciones que han impactado en su crecimiento se gestaron desde mucho tiempo atrás.
lun 28 abril 2025 06:05 AM
Banxico advierte que aumentó el riesgo de recesión económica ante tensiones comerciales
Viene una baja en los indicadores de empleo, en el consumo, en la producción de bienes y en la inversión, apunta Jonathán Torres.

La mañana del 22 de abril, el FMI lanzó el primer dardo envenenado: México, advirtió, caerá en recesión por los aranceles impuestos por su principal socio comercial. Un día después, Citi México afirmó que la economía mexicana había ingresado ya a una recesión técnica tras dos trimestres consecutivos de contracción. Por su parte, Claudia Sheinbaum rechazó tales versiones y atajó: “No, no se corrobora (la recesión técnica), porque tenemos un plan y hay inversión pública, privada, y el empleo está bien”.

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El mal clima en torno de la economía mexicana no se gestó de la noche a la mañana. En realidad, las condiciones que han impactado en su crecimiento se gestaron desde mucho tiempo atrás, lo que significa que la guerra arancelaria lanzada recientemente por Donald Trump es un ingrediente más que ha incidido en las condiciones actuales y en las perspectivas económicas del país. Así, más allá de tecnicismos, las nubes negras sobre la economía mexicana han estado presentes durante un largo rato y las reacciones frente a dicho panorama están motivadas por un factor: incertidumbre.

Iván Arias, director de Estudios Económicos de Banamex, sostiene que la economía mexicana está pasando por una desaceleración, un menor dinamismo que se viene arrastrando desde finales de 2023, por factores que están afectando a las perspectivas para la inversión tanto pública como privada; en lo específico, los ingredientes que han alterado el panorama son dos: las decisiones de gobierno y, más ampliamente, el cambio en el panorama político a raíz de las elecciones.

Las reacciones ante la falta de evidencias e información que permitieran construir escenarios futuros se manifestaron al calor de la sucesión presidencial. En aquel entonces, los inversionistas no tenían la menor duda de que el partido en el gobierno se mantuviera en el poder, pero pocos pensaban en que Claudia Sheinbaum arrasara y gozara del poder con el que hoy cuenta, gracias al acompañamiento de una mayoría aplastante en el Congreso.

Así, la incertidumbre que hoy domina y que está afectando los niveles de inversión privada tiene que ver con el calibre de las reformas que se cocinaron en el sexenio pasado y que, ahora, están pasando como teflón en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.

“Eso generó esta incertidumbre y algo que ha afectado adicionalmente es para qué se está utilizando esa mayoría”, sostiene Iván Arias. “Eso ha afectado la inversión privada desde mediados del año pasado y será un factor que seguirá incidiendo, por lo menos, el resto de este año”.

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, pero sobre todo las decisiones que ha tomado en su primer año de su segundo periodo en la Presidencia de Estados Unidos, es un ingrediente adicional que ha atizado el ambiente de incertidumbre.

Bajo este contexto, el gran driver del frenón económico tiene que ver con el paulatino deterioro del panorama para la inversión.

“Así, estamos en una desaceleración fuerte que viene desde 2023, por lo que el crecimiento de la economía mexicana será prácticamente nulo”, complementa Iván Arias. “En el mejor de los casos, terminaremos con un ligero crecimiento positivo. Hasta que se disipe un poco esta incertidumbre, podremos más o menos vislumbrar qué esperar para el siguiente año. Pero, por lo pronto, 2025 pinta para ser un año con bastante debilidad económica”.

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Dicho lo anterior, viene una baja en los indicadores de empleo, en el consumo, en la producción de bienes y en la inversión. El sector de la construcción, por ejemplo, tendrá una caída. Quizá, algunas empresas manufactureras con vocación exportadora que cumplan con las reglas del T-MEC puedan registrar buenos números. Pero, finalmente, las proyecciones perfilan un periodo de pérdida para muchos sectores.

De momento, se observan pocos amortiguadores a la crisis. El envío de remesas puede ser un tanque de oxígeno para algunas familias. El ‘Plan México’, de inicio, significa una declaratoria con buenas intenciones, pero que requiere de una pronta materialización. Pero lo más importante tiene que ver con las acciones que permitan restablecer la confianza y reducir la incertidumbre generada por las decisiones tomadas por el grupo en el poder. Mientras no se vean acciones contundentes que restauren la confianza, la economía mexicana seguirá operando a un ritmo muy lento.

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En próximos días, volverá a conocerse un episodio más de la amenaza arancelaria lanzada por Donald Trump. A principios de mayo, se espera que el gobierno de Donald Trump anuncie un nuevo paquete de aranceles a las autopartes, lo que supondría una mayor presión para la economía mexicana. Pero, también, se sostiene la ligera esperanza de que la diatriba no prospere y haya un cambio en la narrativa. ¿Qué se requiere para hacer frente a las circunstancias? Cautela, mucha cautela.

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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