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El liderazgo bajo presión: la salud mental como activo estratégico

Cuando se descuida el bienestar emocional, emergen dinámicas de desconfianza, cinismo y renuncias silenciosas.
mar 03 junio 2025 05:59 AM
El liderazgo bajo presión: la salud mental como activo estratégico
Según el Mind Health Report de AXA-Ipsos (2024), cuatro de cada 10 trabajadores en México han experimentado ansiedad o depresión en el último año, y apenas el 41% percibe que su empresa cuenta con políticas claras de apoyo psicológico, apunta Aldo Cívico.

En los últimos años, he tenido el privilegio de acompañar a líderes de empresas a nivel global en procesos de transformación profunda. Pero nada me ha impactado tanto como la soledad que escucho en sus voces cuando se apagan las luces del escenario corporativo. En una sesión reciente, un director general me confesó: “Me exigen ser fuerte, pero a veces siento que no tengo a quién acudir.” No es la excepción. Es la regla silenciosa de un sistema que exige rendimiento, pero rara vez ofrece refugio.

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Esa frase me persigue. Porque detrás de ella hay una verdad incómoda: la salud mental de los líderes sigue siendo un tema relegado, ignorado, postergado. Y sin embargo, su impacto es directo. Medible. Ineludible. Según el Mind Health Report de AXA-Ipsos ( 2024 ), cuatro de cada 10 trabajadores en México han experimentado ansiedad o depresión en el último año, y apenas el 41% percibe que su empresa cuenta con políticas claras de apoyo psicológico. ¿El costo? La OMS ( 2022 ) estima que los trastornos de salud mental le cuestan al planeta un billón de dólares anuales en pérdida de productividad. En México, se traduce en ausentismo, rotación y una caída dramática del compromiso y la innovación.

La salud mental no es un lujo. Es una urgencia estratégica.

He visto organizaciones fracturarse desde dentro, no por fallas técnicas, sino por climas enrarecidos, relaciones tensas, líderes agotados. Cuando se descuida el bienestar emocional, emergen dinámicas de desconfianza, cinismo y renuncias silenciosas. Pero también he visto el reverso: empresas que invierten en salud mental y cosechan compromiso, creatividad, rendimiento. Grupo Bimbo, por ejemplo, logró reducir el ausentismo en un 20% tras implementar programas integrales de bienestar ( 2023 ). La diferencia no está en el presupuesto. Está en la voluntad.

El liderazgo, lo he aprendido, no es una cuestión de títulos. Es un acto de valentía emocional. Los líderes que se atreven a mirarse por dentro, a reconocer sus límites, a decir “necesito ayuda” son los que abren caminos. En una compañía con la que trabajé, la alta dirección promovió círculos de conversación y entrenamientos en inteligencia emocional. En pocos meses, el clima laboral se transformó. La gente respiraba diferente. Porque cuando un líder se muestra humano, da permiso a los demás para serlo.

Pero no es fácil. No en México. Aquí la cultura del aguante, el mandato del “no te rajes” y la obsesión por los resultados inmediatos crean una tormenta perfecta contra la vulnerabilidad. El líder que titubea es visto como débil. Y ahí es donde un acompañamento puede hacer la diferencia: ofreciendo un espacio seguro para cuestionar creencias limitantes, desarrollar nuevas formas de comunicación y rediseñar la manera de liderar.

Desde mi experiencia, propongo tres acciones que cualquier líder puede implementar hoy para empezar ese cambio:

1. Crea espacios seguros de conversación. No reuniones operativas. Espacios donde las personas puedan expresar lo que sienten sin miedo a represalias. Los equipos que cuentan con estas pausas emocionales muestran mayor resiliencia y compromiso.

2. Entrena habilidades emocionales. La inteligencia emocional no es un “soft skill”. Es una competencia crítica. Aprender a gestionar el estrés, reconocer emociones y sostener conversaciones difíciles es tan importante como cualquier KPI. Empresas como Televisa han logrado aumentar en un 15% el rendimiento de sus empleados tras implementar sesiones de bienestar y coaching emocional.

3. Lidera desde la autenticidad. Cuenta tus historias. Comparte tus miedos. No para exponerte, sino para liberar a otros del peso del silencio. Un líder vulnerable no es débil. Es valiente. Y esa valentía es contagiosa.

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El futuro pertenece a las organizaciones humanas. A aquellas que comprenden que el bienestar emocional no es filantropía, es estrategia. No es un gasto, es inversión. La salud mental es la nueva ventaja competitiva. Ignorarla es un lujo que ninguna empresa puede darse.

Así que pregúntate: ¿Qué harás esta semana para cuidar la salud emocional de tu equipo? ¿Qué conversación incómoda estás evitando? ¿Qué espacio puedes abrir hoy para que alguien respire mejor?

Porque el verdadero liderazgo no se mide por las metas alcanzadas, sino por las vidas que toca. Los grandes resultados nacen de equipos sanos. Y todo comienza cuando tú —sí, tú— das el primer paso.

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Nota del editor: Aldo Cívico es coach ejecutivo, antropólogo y profesor en Columbia University. Es socio de John Mattone Global, firma de referencia en liderazgo. aldo@aldocivico.com Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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