Septiembre, históricamente, ha sido un periodo temido por el sistema financiero al ser un mes con menor desempeño que el resto del año. Coincide con el fin del verano en el hemisferio norte, una época en la que el volumen de negociación en los mercados baja, impacta la liquidez, genera una ola bajista en todo tipo de acciones y activos, además de que coincide con un ajuste de portafolios y una importante salida de capital de cara al último trimestre. Esta tendencia no ha sido ajena a cripto, que se ha visto permeado debido a que los inversionistas mueven su portafolio de activos, entre ellos criptoactivos, antes del cierre del tercer semestre.
Cripto reescribe septiembre

Aunque el ‘mes rojo’ prende las alarmas, como en todo mercado emergente y dinámico, los patrones del pasado no necesariamente definen el futuro. No lo debemos ver como un mes de pérdidas inevitables, septiembre debería entenderse como una oportunidad estratégica; las correcciones de precio ofrecen a los inversionistas la oportunidad de adquirir activos a valores más accesibles, y fortalece posiciones a largo plazo. Además, la evolución del ecosistema y la participación institucional reducen la intensidad y duración de las caídas estacionales. De hecho, algunas de las victorias más importantes de la industria han sucedido en septiembre.
Para no ir muy lejos, septiembre de 2024 definió el inicio de un rally que sacó a bitcoin de los 60,000 dólares , un precio al que no ha vuelto hasta hoy y que es considerado como uno de los bull runs más destacados en la historia de la criptomoneda. De hecho, ese repunte comenzaba a anunciar la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos como una administración pro-cripto sin precedentes. El 15 de septiembre de 2022 , Ethereum, la segunda red más grande en respaldo y popularidad –cuya moneda ether acaba de registrar un nuevo máximo histórico por encima de los 4,900 dólares–, completó una actualización tecnológica que redujo drásticamente su consumo energético en un 99%, marcando el fin de la minería tradicional basada en computadoras potentes para esa red. Un hito decisivo para impulsar el precio de ETH después de una caída muy accidentada. Por si fuera poco, la capitalización del mercado cripto rompió un récord entre septiembre de 2024 y 2025, duplicando su valor .
Aunque haya o no un patrón que parezca inevitable para el ecosistema financiero cada septiembre, lo cierto es que cripto parece estar marcando un punto de inflexión que le está poniendo fin a este mito. Además, los denominados ‘meses rojos’ cumplen una función saludable en el mercado: depurar excesos especulativos y devolver al ecosistema un nivel de precios más sostenible. En un sector en el que la volatilidad es regla, no excepción, septiembre ofrece el escenario ideal para quienes saben leer más allá del corto plazo y buscan construir sobre fundamentos sólidos.
Seguir considerando septiembre como un mes inherentemente negativo es quedarse anclado en una narrativa limitada. A medida que activos como bitcoin maduran, estos contextos pierden importancia; al menos se ven desafiado por los volúmenes de los ETF y la adopción institucional, que hacen que el precio esté menos vinculado a las antiguas peculiaridades estacionales.
Aun así, las narrativas son persistentes en el mundo de las cripto, y los actores que lo rodean suelen posicionarse en torno a ellas, por lo que septiembre siempre puede conllevar un duelo entre lo racional y emocional que pueden generar períodos con números rojos históricamente.
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Nota del editor: Alex Mehrdad es Director General de Bitso Retail. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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