Cada cuatro años, el mundo se detiene frente a una pantalla. Las banderas ondean, los estadios vibran y millones de personas comparten un mismo idioma: el del futbol. Pero más allá de la pasión, el Mundial representa también uno de los fenómenos de comunicación y consumo más poderosos del planeta. Y aunque todos quieren estar en la cancha, no todos saben hacia dónde están pateando.
Estrategias con dirección de gol en este Mundial 2026
El Mundial 2026 traerá consigo una ola sin precedentes de inversión, competencia y exposición para marcas, medios y agencias. Se estima que la derrama publicitaria supere los 8,000 millones de dólares solo en México, con más del 45% concentrado en medios digitales y cerca del 30% en experiencias presenciales. Un escenario que promete récords… pero también una saturación inédita.
Porque en medio de la euforia y la inmediatez, existe un riesgo silencioso: perder el propósito.
Cuando todos buscan ser parte del ruido, pocos logran ser parte del significado. La saturación de mensajes será inevitable; veremos campañas que den balonazos publicitarios por todos lados, pero… ¿todos esos balones tendrán dirección de gol?
En una industria acostumbrada a reaccionar, el verdadero reto no será aparecer, sino conectar; no será tener visibilidad, sino relevancia. Porque el Mundial no solo pone a prueba a los equipos, también pone a prueba a las marcas. La pregunta no es cuántos anuncios saldrán a jugar a la cancha, sino cuántos jugarán en la posición correcta, con intención de ganar cada partido.
No se trata de llenar asientos con simples acciones, sino de ocupar un lugar en la mente y en el corazón de las personas. De hacer esfuerzos que tengan una clara estrategia con dirección de gol; de entender que la emoción puede ser una herramienta poderosa; de saber por qué jugamos, para quién lo hacemos y qué queremos provocar con cada pase.
Las marcas que logren anotar en este Mundial no serán las que gasten más, sino las que jueguen mejor dentro del terreno de juego. Las que traduzcan la pasión del futbol en historias humanas, auténticas y coherentes con su identidad. Las que entiendan que no se trata de colgarse del balón, sino de construir sentido alrededor de él.
El Mundial pasa, la emoción también. Pero las ideas con dirección permanecen.Y tal vez ese sea el verdadero gol: recordar que la creatividad y la estrategia, como el futbol, no se miden por el número de ataques, sino por la inteligencia y dirección con la que se ejecuta cada movimiento, cada pase y cada gol.
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Nota del editor: Fernando Arriaga es Director de Marketing Digital y socio de la agencia PRIMITIVO. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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