El gobernador de Veracruz lanza mensaje esperanzador a sus simpatizantes
Momentos antes de presentarse ante miles de veracruzanos y estrechar las manos de quienes lo esperaban a las afueras del Palacio de Gobierno, el gobernador Miguel Ángel Yunes emitió su primer mandato: sacar la silla que ocupó Javier Duarte.
“Es la silla de un rey, de un rey de la corrupción”, sentenció el hombre que durante los próximos dos años tomará las riendas de un estado que en los últimos meses ha estado en el ojo del huracán por los escándalos de la anterior administración.
El hecho marcó franca distancia de la clase política priista de Veracruz, un mensaje que se encargó de difundir en la Plaza Lerdo ante cerca de 5,000 simpatizantes, a quienes prometió cambiar el rostro del gobierno en los 730 días que le restan en el cargo.
"En dos años Veracruz será otro, se van a sentir orgullosos del gobierno de coalición", aseveró en medio de un templete rodeado de lonas de los comités del PAN y organizaciones adheridas al PRD y mantas de organizaciones de colonos con muestras de apoyo al gobernante que inició labores este 1 de diciembre.
"Me quedaré en Palacio de Gobierno hasta que la última y el último de ustedes que así lo desee pase a darme la mano y me permita darle un abrazo", les dijo al recordar que necesitaba rendir protesta ante la gente que le apoyó.
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"Quiero pedirles que todos tomemos Palacio de Gobierno, que todos entremos y disfrutemos lo que es de los veracruzanos, les pido que demos ejemplo de disciplina", invitó desde un templete colocado en la plaza, justo frente al balcón central del recinto del Poder Ejecutivo en el que minutos antes de las 15:30 horas tomó protesta a su gabinete.
Recordó que los primeros meses de este 2016, estuvo en la misma plaza acompañado de Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, y Agustín Basave, quien fungía como presidente del PRD, en el arranque de la campaña para la gubernatura.
"Aquí dimos los primeros pasos para hacer historia", expresó ante un público dividido entre el fervor y el escepticismo que rodea al expriista que abandonó al tricolor en el año 2003, y que ahora llegó a la silla grande de Veracruz con el respaldo de una alianza PAN-PRD.
"Es un represor, violador de derechos humanos", dijo un muchacho que no rebasaba los 25 años, al cruzar la Plaza Lerdo tomado de la mano de otro joven en medio de los simpatizantes que escuchaban el mensaje de Yunes.
Mientras, el nuevo gobernador continuó con su discurso. La primera parte de esa historia, agregó, fue la recuperación de los 1,200 millones de pesos que son parte de lo que el exgobernador Javier Duarte, ahora prófugo de la justicia, sustrajo ilegalmente del erario público durante su sexenio.
–Eso se recuperó con mucho corazón y con otra cosa que no quiero decir porque hay muchas damas aquí presentes– dijo ante las risas y aplausos de la gente que pedía a gritos completar la frase.
–A base de... Producto de gallina– soltó.
Tras sus palabras, más risas y aplausos, a los que le siguió una enorme fila de personas que buscaban cerrar el pacto con un apretón de manos.
Pasadas tres horas de que Yunes Linares dio su mensaje e invitó a la gente a pasar al interior del palacio del Ejecutivo, al menos 300 personas seguían haciendo fila para saludar y tomarse la foto con el mandatario que relevó a Javier Duarte. Lo mismo jóvenes que parejas de gente mayor, hombres, mujeres, que esperaban turno para saludar al primer gobernador de oposición que tiene Veracruz, después de 86 años de gobiernos priistas.
Pero no todo fue festivo. Algunos empleados de gobierno temen ser cesados de sus puestos, otros creen que serán removidos.
En el sector crítico del periodismo también hay incertidumbre.
El columnista Aurelio Contreras considera que en el tema de la protección a periodistas no queda clara la política que adoptará el mandatario, sobre todo porque abrió la discusión sobre la conveniencia de mantener o desaparecer a la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas.
“La moneda está en el aire y dependerá en buena medida de la decisión y visión de Yunes”, comenta al indagar si privará la sensatez, los intereses políticos o la víscera en el actual gobierno.
Así, el gobierno de Yunes Linares comienza entre la esperanza y la incertidumbre en varios temas, pero con la promesa del mandatario de que en dos años Veracruz será distinto.