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Los soldados del futuro podrían parecerse a 'Iron Man'

Una empresa de tecnología militar ha desarrollado un traje que multiplica por 17 la fuerza del que lo lleva puesto
vie 12 noviembre 2010 01:44 PM
Sin Pie de Foto
El traje multiplica por 17 la fuerza del que lo opera. Sin Pie de Foto

Un grupo de personas se congrega a la hora del almuerzo junto al estacionamiento de la empresa de tecnología bélica Raytheon Sarcos en Salt Lake City.

Varios empleados de las oficinas cercanas, con yogures y bocadillos en la mano, contemplan asombrados la exhibición de fuerza de un hombre vestido con un traje metálico. Parece mitad humano, mitad robot.

Podría ser lo más parecido a la película de Iron Man en la vida real.

Dentro de la estructura prostética de metal y sistemas hidráulicos está el ingeniero Rex Jameson, que pone a prueba el exo-esqueleto XOS-2.

Ante la mirada atenta del público, Jameson utiliza su brazo cibernético hidráulico para simular una pelea con un adversario imaginario, partir tablas de madera de casi 8 centímetros de grosor y levantar como si nada cajas de munición de 30 kilos cada una.

El traje sigue los movimientos de su operador y multiplica por 17 su fuerza. Aunque no vuela.

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"No se tiene esa sensación inmensa de fuerza", cuenta Jameson. "Sólo cuando haces algo que no podrías hacer sin el traje; ahí sí te das cuenta".

Jameson forma parte del equipo que diseña en la vida real el traje que desde hace años aparece en comics y películas. Raytheon quiere fabricarlo para ayudar a los militares de Estados Unidos a cargar con suministros. Según la empresa, una persona con este traje puede hacer el trabajo de dos o tres soldados. Si todo marcha como se planea, la compañía espera que estos trajes se empiecen a utilizar en el terreno para el año 2015.

"El personal encargado de logística en las fuerzas armadas mueve diariamente más de 7 toneladas, una carga muy pesada", según Fraser Smith, el vicepresidente de operaciones de Raytheon Sarcos. El traje XOS-2 puede usarse en espacios estrechos en los que no cabe una carretilla elevadora.

Smith explica que cuando el operador aplica una fuerza de una libra, el traje la convierte en 17. "Esa es una gran amplificación, y es peso que no tiene que cargar una persona", agrega.

Jameson es quizás el polo opuesto al diseñador del Iron Man de ficción, el multimillonario playboy Tony Stark. "Yo me desplazo en minivan", comenta el ingeniero, casado y con tres hijos.

La estructura negra de acero, alumnio y válvulas hidráulicas que envuelve la delgada figura de Jameson simula el esqueleto humano en cuanto a forma. La estructura rodea el exterior de los brazos y piernas del operador, y la columna vertebral lleva el peso de la máuqina. Hoy está conectada a un sistema hidráulico y a un equipo de ingenieros.

Jameson se amarra el traje e introduce sus pies en las botas del exo-esqueleto, que asegura con unos amarres similares a los de una tabla de snowboard.

"Se siente como llevar una mochila, una mochila ligera, y unos zapatos enormes", dijo poco después de que se activara la corriente y el traje cobrara vida.

"Reacciona a la fuerza de tus pies, así que hay que reaccionar de inmediato", añadió.

Jameson agarra con su puño los actuadores de las manos. Se le pueden colocar agarraderas y ganchos en las manos del robot. Algunos de estos aditamentos parecen más apropiados para el combate que para cargar cajas.

Jameson dice que el tiempo de respuesta entre sus movimientos y los del robot es inferior a 10 milésimas de segundo. Es capaz de marchar, de hacer equilibrio sobre la punta del pie y patear un balón de futbol. Los espectadores están encantados con lo que presencian. Una mujer con un yogur en la mano mueve la cabeza en un gesto de incredulidad.

El gran obstáculo por ahora es como suministrar la energía al traje. Raytheon trata de reducir la cantidad de energía que se necesita para hacerlo funcionar. En esta demostración se utilizó un sistema hidráulico externo ya que las baterías que funcionan con químicos, como las de iones de litio no tienen suficiente potencia para que el traje funcione de 8 a 24 horas seguidas.

Las baterías también preocupan por motivos de seguridad.

"Si se alteran, pueden explotar y no muy suavemente", comenta Smith. Un motor de gasolina o diesel de un cilindro podría ser la solución, añade.

El traje ya va por su segunda versión. El XOS-2 tiene cubiertos todos su cableado y sistemas hidráulicos, a diferencia del primer prototipo, en el que estaban expuestos, lo que sería un problema en lugares como Afganistán o Iraq, donde la arena podría poner fuera de combate al robot.

"La arena, el agua, el barro... queremos evitar que esos elementos toquen el sistema, y los trajes actuales están sellados para que eso no ocurra", señaló Smith.

Aunque el prototipo tiene aplicaciones militares que saltan a la vista, Smith también le ve posibilidades comerciales que podrían acortar el plazo para su lanzamiento. Dice que si empiezan a recibir órdenes de compra y crece la producción, en unos tres años podrías tener tu propio traje de Iron Man de 150,000 dólares para mover cargamento en tu almacén.

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