Algunos empleados de Google desertan, después se rebelan
Muchos ingenieros en computación consideran una oferta de empleo de Google como un boleto de oro.
Canchas exteriores de volibol, comida gourmet gratuita, cortes de cabello en la oficina, masajes y lavandería son algunos de los beneficios que Google ha ofrecido a sus empleados en su sede principal en Mountain View, California.
Pero algunas de las personas que renuncian están retando a la compañía de la mejor manera que sabe un ingeniero: desarrollando programas que pueden disminuir el negocio central de Google.
Brian Kennish trabajó en Google durante siete años, dirigiendo equipos de ingenieros un una variedad de productos como el navegador Chrome y el fallido Google Wave.
Cerca del final de su periodo en Google, Kennish desarrolló una extensión del explorador Chrome llamada Facebook Disconnect .
El software evita que sitios web que tienen widgets de Facebook instalados envíen automáticamente información acerca del usuario a la compañía de la red social . Facebook Disconnect tiene 75,000 usuarios, dijo Kennish.
“Nadie en Google me pidió que lo hiciera”, dijo Kennish a CNN esta semana.
Lo que inició su proyecto, dijo, fue leer las crónicas de medios de comunicación sobre el reciente escrutinio de colecciones de datos en línea. El Wall Street Journal ha lanzado una serie llamada “ Lo que ellos saben ” y CNN tiene su propia serie llamada “ El fin de la privacidad ”.
Como Facebook y las aplicaciones que corre en su plataforma pueden ser consideradas como acaparadoras de datos personales, Kennish se dio cuenta eventualmente de que él, como empleado, era uno de los mayores colectores.
Por nombrar algunas prácticas, Google puede rastrear las búsquedas a través del tiempo, dirigir anuncios a sus usuarios de Gmail basados en los contenidos de sus correos electrónicos, y usar los datos de localización de una persona para determinar los anuncios de qué tienda mostrará. Google, como muchas compañías de publicidad, utiliza pequeños archivos llamados cookies para rastrear los hábitos de navegación en internet para dirigir mejor sus anuncios.
“Nunca trabajé directamente con datos de usuarios”, dijo Kennish acerca de su tiempo en Google. “No tenía un buen sentido de lo que se estaba recolectando. La privacidad no era mi pasión ni nada hasta hace como dos meses, que comencé a leer sobre este asunto.
Kennish dejó Google en noviembre para enfocarse mejor en programas que dieran poder a la gente para tomar control de su privacidad en línea.
“Pienso que hay una buena razón para preocuparse, y francamente, para asustarse de ello”, dijo.
La semana pasada, lanzó una segunda extensión para Google Chrome, llamada Disconnect . Una vez instalada, el programa evita que las mayores compañías de Internet, incluyendo Google, puedan instalar cookies (por tanto, rastrear) una computadora.
Las personas que usan Disconnect pueden decidir que cookies desean permitir en su sistema:
“Me gustaría ver que nos movemos a un punto en el que todos los datos recopilados acerca de las personas son intencionales”, en vez de hacerlo sin el conocimiento de la gente, dijo Kennish.
En su primera semana, 25,000 personas descargaron Disconnect. Google hospeda un tablero para que los usuarios revisen un desglose de los mensajes y la información anexa a sus cuentas. El Centro de Privacidad de Google provee información acerca de cómo la compañía colecta datos y permite a personas, estén registradas en Google o no, evitar los anuncios y el rastreo de estadísticas.
Michael Gundlach, otro ex ingeniero de Google, desarrolló una alternativa a los complicados sistemas de rechazo que varían entre las redes de anuncios. Llamado AdBlock, el programa puede prevenir que las páginas web cargen y muestren anuncios. Eso incluye los anuncios de Google, que proveen la vasta mayoría de los ingresos del gigante.
El acertijo económico: si los visitantes web no pagan figurativamente (al ver anuncios o con su información enviada a anunciantes) entonces tendrían que empezar a pagar dinero de verdad por servicios en línea.
“El único modelo de negocio que veo es eventualmente proveer una versión de mi software más avanzada y que cueste dinero”, dijo Kennish.
Un vocero de Google (que se negó a comentar la mayoría de las preguntas en este artículo) dijo que el nivel de rotación de la compañía, es decir el porcentaje de empleados que renuncian, no ha cambiado en más de siete años y es mejor que el promedio de la industria.
Sin embargo, algunos de los alumnos más destacados de Google están desdeñando a su antiguo empleador de una manera distinta: al enrolarse en Facebook .
La red social es percibida por algunos como el mayor rival de Google. La gente está pasando mayor parte de su tiempo en línea usando Facebook, en vez de buscar en la web. Google es incapaz de recopilar la mayoría de los datos publicados en Facebook .
Se ha reportado que Google ha ofrecido a algunos de sus empleados paquetes multimillonarios para convencerlos de no ir a Facebook.
Después de seducir a ejecutivos que trabajaron en el área marketing, en YouTube, Android; al arquitecto de Google Maps, y al menos a dos cofundadores de Gmail, esta semana Facebook enroló a Paul Adams, un ex empleado de Google y antiguo crítico de la red social. Sheryl Sandverg, la jefa de operaciones de Facebook, también vino de Google.