Taylor Swift, Paul McCartney y más de 170 artistas se unen contra YouTube
La industria de la música golpea fuertemente a YouTube una vez más, esta vez de la mano de nombres importantes como Taylor Swift, Paul McCartney, U2 y las disqueras Universal Music, Sony Music y Warner Music.
En una carta abierta publicada en sitios de noticias de Washington DC como Politico, The Hill y Roll Call, cerca de 180 intérpretes y compositores están pidiendo al Congreso estadounidense una reforma a la Ley de Derechos de autor Milenio Digital (Digital Millennium Copyright Act).
"La DMCA ha permitido que las corporaciones tecnológicas crezcan y generen enormes beneficios al facilitar que los consumidores puedan llevar casi cualquier canción grabada en la historia en su bolsillo a través de un teléfono inteligente, mientras los ingresos de los compositores y los artistas continúan disminuyendo", dijo el escrito promovido por el influyente mánager musical Irving Azoff, de acuerdo con Rolling Stone.
Esta ley, promulgada en 1998, le da a servicios como YouTube un área segura en cuanto a violación de derechos de autor por parte de sus usuarios, siempre y cuando respondan a los llamados para retirar estos contenidos de parte de los dueños.
Las disqueras, que están a punto de empezar la etapa de renovación de contratos con Google, aseguran que la ley le da a YouTube una ventaja de negociación que no tienen otros servicios de música digital como Apple Music o Spotify.
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Los artistas firmantes de esta petición aseguraron que se necesita una "reforma sensata que equilibre los intereses de los creadores con los intereses de las compañías que explotan la música para su enriquecimiento financiero".
YouTube, que tiene más de 1,000 millones de usuarios en más de 88 países, había dicho anteriormente en un comunicado que "las voces de los artistas han sido escuchadas" y que están trabajando en algunos "detalles".
A través de un comunicado, de acuerdo con la agencia EFE, un representante de Youtube aseguró que "la abrumadora mayoría" de los sellos y editores musicales tienen acuerdos de licencia con su compañía para permitir que los usuarios puedan colgar sus videos con canciones.
"Cualquier afirmación de que ese contenido es en su gran mayoría no autorizado es falsa", añadió.
Esta no es la primera vez en la que Swift se enfrenta a los servicios de streaming. En 2014 retiró su música de Spotify, un año después escribió a Apple alegando que la firma no pagaba suficiente a los artistas en los tres meses de prueba que había dado en su servicio Apple Music.