Mientras disminuyen los empleos de manufactura en EU, aumenta el uso de robots
Donald Trump está equivocado: El mayor enemigo de los empleos en Estados Unidos, en industrias como la de manufactura, no son los mexicanos sino los robots capaces de ejecutar tareas que antes requerían de una o varias personas. En la última década los empleos en fábricas en ese país cayeron por arriba del 30%, mientras que la adopción de robots viene creciendo año contra año. Por otra parte, los empleos generados en México representan apenas una tercera parte de los que se perdieron en Estados Unidos.
En una década, los empleos de manufactura cayeron 33.3%, de 18.1 millones que existían en diciembre de 2006 a los 12.2 millones que había el año pasado, según cifras de la Oficina del Trabajo de Estados Unidos. Es decir, que en un década se perdieron 5.9 millones de empleos en esa industria.
En un periodo similar, de 2007 a 2015 --cifras más actualizadas de Inegi-- el empleo de dicho sector pasó de emplear a 1.9 millones de personas a 3.5 millones, significando un aumento de 1.6 millones de puestos de trabajo, lo que únicamente representa 27% del total de plazas que se eliminaron en Estados Unidos.
Por otra parte, la adopción de robots ha venido creciendo en Estados Unidos. Información de Asociación de Robótica en Industrias (RIA) apuntan que desde el 2007, el uso de robots en las industrias reporta un aumento de entre 7% y 10% cada año. Dicha organización detalla que hasta septiembre de 2015 los encargos de robots en el país llegaron a las 22,050 unidades con un valor de 1,300 millones de dólares. Las ventas de robots, explica la RIA, fueron impulsadas por las manufactureras del país, sin embargo otras industrias como la de comida y servicios reportaron un crecimiento de 14% y 40%, respectivamente en la utilización de robots.
La RIA estima que a la fecha al menos 269,000 robots operan en Estados Unidos, siendo dicho país el tercero con mayor adopción, por debajo de China y Japón.
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“Si Estados Unidos abre plantas de producción, lo que va ocurrir es que se va dar prioridad a robots también y no se van a generar empleos en Estados Unidos. No es una causa que los trabajos se vienen para México por las armadoras, es un tema de automatización y lo que vemos es algo que es inevitable”, señaló Ernesto Rodríguez Leal, profesor asociado de Natural Robotics Lab en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Para Rodríguez, la estrategia emprendida por Trump resulta retrógrada en una sociedad como la estadounidense, donde las personas no están dispuestas a desempeñarse en dichas tareas por el sueldo que se ofrece.
“Un robot claro que desplaza una o a varias personas, porque los robots realizan actividades repetitivas, precisas y peligrosas que la sociedad en Estados Unidos no está dispuesta a llevar a cabo (...) El costo inicial es más alto pero el tiempo de retorno de esa inversión es relativamente rápido, sobre todo para las automotrices”, dijo el académico.
Lo anterior ha sido también respaldado por firmas de inversión en Wall Street.
"Si las empresas invierten en Estados Unidos necesitarán hacer avances significativos de productividad para tratar de reducir los costos laborales por unidad. De hecho, de acuerdo con una revisión realizada por Oxford College en 2013, 47% de los empleos en los Estados Unidos están en riesgo de ser cambiados por los robots ", escribió Sean Darby, principal estratega de la firma de análisis Jefferies Group LLC en una nota a sus clientes después del anuncio de Fiat Chrysler de invertir en Estados Unidos 1,000 millones de dólares para la apertura de una fábrica.
Ford también informó sus planes de reforzar su inversión en sus plantas en dicho país y eliminar la construcción de una fábrica en México.
“Vendan a los humanos y compren robots”, añadió la nota de Darby.
Otra firma que también expresó comentarios sobre la postura de Trump y la decisión de las armadoras fue Sanford C. Bernstein & Co. que expresó: “La actividad puede venir ‘a casa’, pero simplemente no hay empleos que robar”.
El también empresario emprendió un discurso envuelto en advertencias basadas en una estrategia comercial que se enfoca en el aumento de aranceles para la exportación de productos mexicanos con el propósito de que las automotrices que tenían o tienen planes de inversión e instalación de plantas en México, replanteen sus objetivos y lo hagan en Estados Unidos, y así “regresen” los empleos a dicho país.
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“El hecho de que Tump le echa la culpa a México o China no tiene nada que ver. Podrías cerrar la frontera y poner todas las fábricas allá y aún así los trabajos en fábricas van a seguir descendiendo por la automatización”, dijo Eugenio Perea, fundador de la company builder y fondo de inversión PerSe Capital.
El también director en México de la aceleradora norteamericana de empresas Founder Institute expresó que en lugar de plantear una estrategia proteccionista, Trump debería de estar empujando, junto con las empresas de ese país, el entrenamiento del personal ante la nueva demanda de conocimientos que se necesitará en los próximos años.
“Lo que es un problema es que ese reentrenamiento de trabajos, sino se hace rápido a nivel empresa y gobierno va a ser fatal para Estados Unidos. Trump debería de estar dando incentivos fiscales a empresas para reentrenar a los empleados. Esto permitiría dinamizar la economía de manera salvaje, en lugar de estar yendo hacia el populismo que no sirve para nada. Le sirvió a China en el siglo XIV pero ya estamos en 2017”, agregó Perea.