Atacar a los nazis en 2017 deja un futuro incierto para la libertad de expresión
Uno de los temas más complejos que el año 2017 puso sobre la mesa fue el de la libertad de expresión en internet, y qué constituye libertad de expresión.
Tras los disturbios en la ciudad de Charlottesville en Estados Unidos , que incluyeron cantos neonazis, el sitio de noticias de Daily Stormer fue dado de baja de la web por su propio host, Cloudflare.
Cloudflare protege a los sitios web de “servicios de negación de servicio”, sin esta protección, los sitios pueden quedar fuera de línea.
“El problema en el caso de Cloudflare es que una mañana el CEO se despertó y decidió cerrar el sitio, así, sin consultar a una junta directiva, o pasar por un proceso legal respecto al contenido del sitio”, explica Katitza Rodríguez, directora de derechos internacionales de Electronic Frontier Foundation (EFF), en entrevista con Expansión.
Aunque la baja fue aplaudida por muchos, los defensores de la libertad de expresión consideran que la acción sienta un peligroso precedente en el que la decisión de un solo CEO puede privar de un sitio a todo tipo de contenidos.
“Claro, ahora fueron los nazis y aparentemente todos estamos de acuerdo con que está mal, pero el nazismo es, a fin de cuentas, una ideología. Y si intermediarios como Cloudflare pueden cerrar un sitio, qué le impide a Facebook cerrar un perfil, o al mismo Cloudflare bajar otros sitios de otras ideologías”, dice la directiva.
“El tema de la libertad de expresión es que las empresas que son intermediarios no deberían ser quienes decidan sobre la presencia de contenido, a menos que este sea ilegal. Por eso fueron creados los principios de Manila”, explica.
Los principios de Manila fueron creados por distintos grupos de la sociedad civil especializados en libertad de expresión y derechos digitales que buscan evitar que empresas y gobiernos puedan censurar contenidos sin una orden legal que así lo requiera.
“En el caso de un país como México, en el que se avecinan elecciones y las múltiples ideologías comienzan a chocar, los intermediarios necesitan mantenerse lo más al margen posible para no inclinar a la población de un lado u otro de la balanza”, opina Rodríguez.
Facebook y Twitter, juzgados
En Europa, Facebook, Google y Twitter están siendo culpados por la radicalización de la población, dado que sus algoritmos premian los contenidos que la gente quiere ver de forma hiper personalizada, y por no borrar a tiempo contenidos que inducen al odio.
Facebook admitió que si bien existe un problema, no considera que sus algoritmos son los que llevan a la actitudes radicales de ciertos individuos.
Twitter, por su parte, anunció este lunes que comenzará a eliminar cuentas que hagan apología del racismo y la supremacía blanca.