Microsoft busca mexicanos para salvar al mundo
CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) - El contador para la Tierra sigue avanzando y Microsoft cree que la inteligencia artificial puede ser la clave para frenar fenómenos como el cambio climático, deforestación o resguardar especies en peligro de extinción. Ahora la compañía necesita de ingenieros, biólogos, zoólogos o a cualquier mexicano que tenga en mente ideas para entender y mitigar el impacto ambiental que enfrenta el planeta.
“Somos una empresa de tecnología, pero estamos comprometidos con el planeta. Estoy segura que no existe un área en la que los avances de la inteligencia artificial pueda ayudar más que en el combate o estudio del cambio climático”, explicó en entrevista exclusiva con Expansión Jennifer Marsman, líder de software de AI for Earth.
Marsman, quien es una de las expertas en inteligencia artificial en el mundo, comentó que como parte del programa AI for Earth de Microsoft la compañía ha comprometido la inversión de 50 millones de dólares durante cinco años al desarrollo de programas o proyectos que aprovechen el uso de machine learning en cuatro áreas centrales: cambio climático, agricultura, biodiversidad y agua.
“Nuestro papel es apoyar grandes ideas no solo con dinero, sino con tecnología, capacitación o apoyo en el desarrollo de sus proyectos. Hoy ya trabajamos con más de 200 asociaciones en 47 países, incluidos México”, dijo.
Microsoft ya seleccionó un proyecto mexicano, impulsado por el Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos (CEDO), el cual emplea un modelo de aprendizaje automático para determinar cómo se comunica el cambio climático en la región del Golfo de California.
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Hem Nalini, investigadora social del CEDO, explicó que la herramienta busca aprovechar el análisis de datos escritos locales y regionales en medios digitales, entre 2016 y 2017 y con estos capacitar su modelo para “crear marcos temáticos y así entender cómo se está abordando el tema del cambio climático en la región, bajo qué perspectiva y con qué sentido”.
Sin embargo, Marsman aseguró que espera que el número de proyectos de México crezca pronto. “Tengo la posibilidad de visitar a personas de la UNAM para conocer el trabajo e investigación que están haciendo. Quiero poder ayudarlos e invitarlos a que sumen sus ideas y proyectos a AI for Earth. Nos encantaría poder ayudarlos con el brazo de Microsoft.”
Marsman dijo que la empresa tiene constantes convocatorias en su sitio web Microsoft.com/aiforearth.
La ejecutiva de la firma tecnológica dijo que, en conjunto con National Geographic Society, eligieron 11 nuevos proyectos para acelerar con una inversión total de 1.28 millones de dólares. En América Latina, el proyecto que ganó fue desarrollado en Guatemala y consiste en un sistema de alerta temprana de proliferación de algas nocivas en el lago de Atitlán.
El proyecto aprovecha un algoritmo de machine learning, para que a través de datos de eventos pasados de proliferación de algas y cambios en la temperatura del lago, el sistema pueda predecir y alertar con tiempo el inminente crecimiento de algas y disminuir o evitar el daño al ecosistema o la degradación de los cuerpos de agua.
“Pero no es el único, en Puerto Rico un equipo de la gente de la Universidad de Colombia utiliza un algoritmo de cómputo visual para que a través de imágenes en alta definición de tres especies de arbóreas puedan entender mejor la manera en la que las tormentas o huracanes afectan la capacidad de un bosque para almacenar carbono y cuál es su proceso de recuperación con el paso del tiempo”, comentó.
La experta de Microsoft también compartió que pese a las dudas y preocupaciones que el desarrollo de la inteligencia artificial pueda tener en las sociedades humanas, su papel sigue estando definido por la decisiones del ser humano y aún está en una etapa temprana.
“Las máquinas solo aprenden lo que nosotros les enseñamos que tienen que aprender. Claro que tiene que existir un nivel de responsabilidad, pero creo que el desarrollo de AI hoy tiene el mismo efecto que la revolución industrial tuvo hace 100 años, todos tenían miedo que las máquinas quitarán empleos y en parte lo hicieron, pero también le dieron al ser humano la posibilidad de crear o estudiar para trabajos y tareas que no existían. Yo jamás habría tenido la posibilidad de estudiar sistemas e inteligencia artificial si ese cambio no hubiera sucedido”, agregó.
Los peores dos grados
A finales de noviembre pasado, la ONU publicó un informe en el que la proyección de las emisiones de dióxido de carbono –el principal gas de efecto invernadero– para todos los países del mundo está desafortunadamente muy cerca del límite de los 2 grados Celsius establecido en el acuerdo climático de París de 2015.
El reporte señala que los objetivos de emisión actuales de todas las naciones terminarían en un aumento de la temperatura global promedio de 3.2 grados Celsius (5.8 grados Fahrenheit) para 2100. Y esto es algo grave.
Un mundo con 3.2 grados adicionales para finales de siglo provocaría muchos de los efectos extremos y graves para la salud humana, las economías globales y el aumento del nivel del mar que se pronostican en los escenarios de “emisiones más altas”, es decir, considerando el peor de los casos.
Para evitarlo, el informe de la ONU advierte que las emisiones globales deben reducirse en un 25% frente a esta cifra para 2030 si queremos limitar el calentamiento global los 2 grados Celsius. Ahora, si el objetivo es permanecer a raya de los 1.5 grados, entonces la disminución debe ser del 55%.