Frubana, la app que te lleva el campo directo al restaurante
La plataforma colombiana busca la tecnificación del campo a través de la data, de productos más baratos para los restaurantes y el ahorro de tiempo y dinero a sus clientes.
BOGOTÁ, Colombia - Frubana se define a sí misma como una empresa de tecnología especializada en frutas, verduras y abarrotes. Esta startup de origen colombiano, con presencia en la Ciudad de México y Sao Paulo, compra insumos a productores locales y los vende a través de su aplicación a restaurantes.
Nacida en 2018, la compañía ha tenido un crecimiento importante en los tres mercados en los que opera, pues cuenta con poco más de 18,000 clientes y 200 proveedores en los tres países.
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Llegar en la madrugada al centro de distribución de Frubana en Bogotá es ver el movimiento de decenas de cajas con productos como limón, maíz, naranja, aceite y maracuyá. Los camiones se empiezan a llenar a las 20:00 horas y ya cargados con la mercancía salen poco antes de las 7:00 horas del siguiente día. En lo que resta del día, se reciben productos del campo luego de que la firma acuerda -vía mensaje- en cuánto les comprará los alimentos a los productores.
Los restaurantes pueden realizar su pedido a través de la app Frubana un día antes. El catálogo, compuesto por nueve categorías, cuenta con más de 250 productos y el ticket promedio de compra de un restaurante es de 30 dólares por orden. De acuerdo con Andrés Sarmiento, vicepresidente de Operaciones, los clientes hacen pedidos cada dos o tres días.
“Los clientes pueden monitorear el camión con sus productos gracias al GPS con el que cuenta la app. También se les avisa temprano qué productos no hay o están bajos de stock, para que puedan planear su operación”, indicó Sarmiento.
Como empresa tecnológica, Frubana le da un gran peso al análisis de la data que generan sus clientes. De acuerdo con Sarmiento, se puede usar para entender tanto al proveedor como al cliente. En el primer caso para conocer en qué épocas hay mayor variedad de productos y en el caso de los restaurantes los días que consume más y la temporalidad de su compra.
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La formalización y tecnificación del campo
Sarmiento asegura que tanto en Brasil, México y Colombia uno de los retos más importantes fue inicialmente la inclusión financiera, pues muchos de los productores no estaban bancarizados y sólo aceptaban pagos en efectivo. Al comenzar a usar la plataforma, los campesinos se integraron al ecosistema y ahora reciben su pago por medio de transacciones al instante.
La formalización del sector ha ayudado a que más del 95% de las transacciones y pagos de la empresa sean electrónicos. Entre los principales objetivos de Frubana es mejorar los precios de compra al agricultor y que éste reciba pagos puntuales y tenga una mayor estabilidad.
“Comprarle a un mejor precio los productos a un campesino y a los productores, trae consigo una inclusión económica mayor a la que actualmente tiene y, como consecuencia, mejora su calidad de vida. Frubana le aporta al productor por su trazabilidad en comparación del modelo tradicional donde hay más intermediarios”, indicó.
En México, la firma trabaja con la Central de Abastos ubicada en Iztapalapa y uno de los productos de mayor venta es la naranja. La compañía está abierta a recibir nuevos agricultores como proveedores. Los interesados deben enviar sus productos, capacidad de producción, precios y pasar un control de calidad.
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¿Y el desperdicio de comida?
Por medio del uso de la data para identificar qué productos son los que más se requieren y dónde se están consumiendo, la firma ayuda a reducir el desperdicio de comida. Sarmiento asegura que en el esquema tradicional el desperdicio de comida en Colombia es del 58% y que en Frubana solamente alcanza el 4%.
“La empresa aporta en la efectividad y tecnificación del campo con la información que recopila. Esto ayuda a los productores a conocer con anterioridad las necesidades del mercado y prepararse para su próxima cosecha, para así, reducir la cantidad de productos que no serán consumidos ni necesarios”, agregó el vocero.
En Latinoamérica el desperdicio de alimentos supera los 127 millones de toneladas al año. En México, la cifra de desperdicio alcanza el 34.7% del total de producción en el país, de acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados.