La Estrategia Nacional de Ciberseguridad fue un documento que se publicó en noviembre de 2019 con el fin de ser un proyecto regulatorio para impulsar mejores prácticas en la vida digital y como un plan de continuidad a lo que la industria demanda, pero aunque las acciones en torno a ésta no han sido efectivas en la actual gestión, existen factores que podrían impulsar que esta regulación camine, sobre todo por el enfoque de protección de datos que requerirá el TMEC.
“Un servidor seguro en el país A no es diferente de un servidor seguro en el país B. La seguridad de los datos depende de los controles técnicos, físicos y administrativos implementados por el proveedor del servicio, que pueden ser fuertes o débiles, independientemente de dónde estén almacenados los datos”, señaló la Asociación Latinoamericana de Internet, quienes ven que el impulso en torno a la armonización de la regulación se reflejen también en este sentido.
“Es un tema también generacional y de aspectos hasta técnicos, aún podemos llegar a un ministerio público con una USB como prueba de un delito que no puede ser leída porque sencillamente no hay una computadora. Se trata de un tema además de responsabilidad social, si cada empresa pone su grano de arena para cuidar los datos de cada cliente, se va creando una conciencia alrededor de este tema de ciberseguridad”, señaló Andrés Velázquez, presidente y fundador de Mattica.