“No existe una fábrica de vacunas inactiva con aprobación regulatoria que produzca vacunas mágicamente seguras. No, tienen que hacer pruebas de estas cosas y cada proceso de fabricación debe analizarse de manera muy cuidadosa”, explicó para el medio de comunicación.
En este sentido, Gates defendió la propiedad intelectual de las vacunas y resaltó que si ahora es posible trasladar la producción de los medicamentos de una fábrica en un país a otro, como sucedió con Jhonson & Jhonson, “es sólo gracias a nuestras subvenciones”.
Por otra parte, el cofundador de Microsoft destacó que no le parece sorprendente el hecho de que entre países más desarrollados, como Estados Unidos —donde ya se inoculó por lo menos una vez a más de la mitad de los adultos—, exista una brecha en el progreso de la vacunación en relación a otras zonas del mundo menos desarrolladas.
“El hecho de que ahora estamos vacunando a personas de 30 años en el Reino Unido y Estados Unidos, pero no tenemos a todas las personas de 60 años en Brasil y Sudáfrica vacunadas es injusto. Sin embargo, dentro de tres o cuatro meses, la asignación de vacunas llegará a todos los países que tienen una epidemia muy grave”, comentó.