El acoso permea cualquier actividad que realizan las mujeres. Y más allá de las oficinas, la calle se convierte en el lugar hostil donde muchas mujeres sufren de discriminación y acoso, sin embargo también es la calle el espacio donde socias repartidoras tienen que transitar para trabajar.
Un reporte de Oxfam México y el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (INDESIG) centrado en la situación de las mujeres repartidoras revela la brecha salarial, el acoso sexual por motivos de género y las implicaciones de la carga de cuidados que recae en este sector de la población.
“Las mujeres que trabajan como repartidoras con aplicaciones enfrentan la precariedad laboral que caracteriza al sector y además ganan menos que los hombres repartidores por la misma cantidad de horas trabajadas, enfrentan acoso sexual y suelen llevar con ellas a sus hijos o hijas mientras trabajan porque no tienen acceso a servicios públicos de cuidados”, indica el estudio.