El celular, la tableta o la computadora desde donde estás leyendo esta nota contiene uno de los elementos más codiciados por el mercado global: el litio. Y este metal, uno de los más ligeros en la tabla periódica, no solo se encuentra en tu dispositivo. También está presente en las cámaras digitales, en un control de videojuegos y hasta el vape que fumas, convirtiéndolo en el nuevo “oro blanco”.
Por esto, no es casualidad que el gobierno mexicano muestre interés por él, que prevén será el sustituto del petróleo. Nuestro país cuenta con 243.8 millones de toneladas de litio según la revista Mining Technology, posicionándonos como el número 10 de 23 con reservas de este mineral. Sin embargo, desde el punto de vista de los expertos, la reforma a la Ley Minera no se traduce necesariamente en mayores avances tecnológicos, sino todo lo contrario.
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El litio en la tecnología
Para la industria tecnológica el litio es un componente muy importante, especialmente en la parte de energía. Alberto Arellano, gerente de telecomunicaciones de IDC, menciona que en 30% de la producción mundial se destina a las baterías eléctricas y se estima que, dentro de cinco años, esta cifra se duplique, en el que seis de cada 10 toneladas de litio se usarán en este tipo de dispositivos. Esto habla del potencial que tiene el país en torno al litio.
Pero una cosa es contar con el litio y otra muy distinta es aprovecharlo. Su proceso de extracción es sumamente complicado, por lo que México requeriría de una mancuerna pública privada muy importante. “Desde el sector público, nuestro país no cuenta con los medios para explotar y procesar el litio, por lo que hay que buscar nuevos socios estratégicos que nos puedan ayudar a explotarlo”, menciona Arellano.
También menciona que estos socios no tienen que ser necesariamente mineras canadienses, como Organimax y One World Lithium. Como lo publicamos en Expansion , Bacanora Lithium, empresa china, ha sido reconocida por la revista especializada Mining Technology como “el proyecto minero de litio con mayores reservas probadas a nivel mundial con 243.8 millones de toneladas”. Pero también hay empresas americanas, europeas, asiáticas y sudamericanas que cuentan con expertise para aprovechar el litio. “Solo así habría un boom para la industria tecnológica”.
Adicionalmente, como toda extracción de recursos naturales, hay una serie de reglamentaciones para hacerlo con el menor impacto ambiental. De ahí la importancia de que el expertise venga de otro lugar, con personal que cumpla con las normativas más estrictas para poder hacerlo de la manera correcta. De acuerdo con la consultora IDC, se debe de tomar en cuenta cómo va a afectar la biodiversidad y cómo se va a tratar el tema de los residuos.
Sin embargo, Juan Carlos Minero, director de inversiones en Black Wallstreet Capital México, menciona que la nacionalización del litio sólo genera incertidumbre para los inversionistas extranjeros. “La racha positiva que tenía de ser un mercado emergente probablemente termine, provocando una salida de capitales de las empresas”, una pauta negativa considerando que no hay empresas mineras mexicanas que cotizan en la bolsa de valores, y se abre el escenario en que la privatización se ve como un impacto negativo económicamente hablando.
“La libre competencia le permite a la economía crecer. La privatización elimina la libre competencia”, continúa Minero. “En México no hay empresas tecnológicas. Es nula la expectativa de que un cambio a una reforma genere nuevas empresas tecnológicas”, remata.