Imágenes de inteligencia artificial
¿Qué dicen los expertos?
Yorgo Amin es un jóven mexicano que decidió emprender Beïrut Rooftop; un salón para eventos corporativos y fiestas familiares. Comenzó a anunciarse a través de páginas web, y el primer problema que detectó es que no dejaba de recibir mensajes de WhatsApp con preguntas muy básicas. “Fue un problema porque, en lugar de dedicarme a resolver otros asuntos del negocio, pasaba horas contestando mensajes básicos, como nuestra ubicación u horario”, menciona.
Tras esto descubrió que en WhatsApp Business podía implementar chatbots que contestaran todas las preguntas básicas de los clientes. Incluso, un estudio de Forrester menciona que a 89% de los usuarios encuestados le parecían muy útiles los chatbots. Esto redujo la carga de trabajo significativamente, pero notó que aún era necesario seguir contestando mensajes más personalizados.
Para esto, decidió contratar a una persona específicamente para esta labor. “Seguimos recibiendo muchísimos whatsapps, pero ahora pasan primero por el filtro del robot y eso nos reduce el trabajo. Si tienen dudas más específicas, pueden solicitar que se genere un ticket y así nosotros damos una atención mucho más personalizada”, comenta.
Amin menciona que esto ha sido benéfico porque, al tener un presupuesto reducido, no podía contratar a muchas personas. Pero gracias a esta tecnología los clientes con preguntas básicas terminan muy satisfechos por la rapidez de las respuestas y, por otro lado, puede ofrecer una vacante con condiciones laborales más dignas, horarios de trabajo más flexibles y un mejor salario.
Julio Zamora es el ingeniero principal y director científico de investigación senior en Intel Labs. Cuenta con más de 60 patentes en trámite y, desde el Intel Design Center de Guadalajara, se encarga de crear, mejorar y desarrollar IA.
Zamora menciona: “me gusta hablar de los trabajos que más bien ha creado la IA y creo que las personas ahora tienen roles más dignos. Una persona puede crear arte, una máquina no lo puede hacer. Pero, ¿a cuántos artistas le ha quitado el trabajo una impresora? Es una máquina inteligente, imprime, pero a nadie le ha quitado trabajo. Ahí siguen los artistas. Y ahora hasta pueden vender más”.
Y es que, aunque el informe de CompTIA menciona que 38% de los empleos serán automatizados para 2023, también anticipa que para 2025 se necesitarán más de 97 millones de especialistas en la industria de IA.
Por otro lado, Zamora comparte que los límites de la IA aún son muchos. “La gente quisiera ver a máquinas hablándote y haciendo cosas, pero desafortunadamente aún no lo tenemos. Hay máquinas que hacen cosas sencillas pero aún falta mucho por hacer”.
Los beneficios de implementar IA en los empleos
La IA no debe de verse como un robot maligno que camina por la ciudad haciendo cosas. Es, mas bien, una herramienta que ayuda a los humanos a mejorar su trabajo.
Un ejemplo de caso de éxito es Hitch, un software data service que prestan a las compañías para optimizar procesos de reclutamiento y software. A través de IA y tecnología, ayudan a las empresas de reclutamiento a tener procesos mucho más rápidos y menos sesgados.
Gabriela Ceballos, CEO de Hitch, menciona: “no hacemos la labor de los reclutadores, solo somos un apoyo para ellos (…) la IA se alimenta de información que los mismos humanos le inyectamos y sería casi imposible operar sin tener validación humana detrás. Solo funcionamos como un aliado para que los reclutadores tengan un mayor alcance de candidatos y mayor número de aplicantes en general”.
Otro ejemplo es el caso del sector inmobiliario. Más del 95% del mercado que busca rentar o comprar una propiedad lo hace a través de medios digitales. Sin embargo, esto no implica que dejarán de existir agentes inmobiliarios, sino todo lo contrario.
Pueden utilizar aplicaciones y herramientas como lo son Lamudi o eXp, que ofrecen servicios tecnológicos para que los agentes inmobiliarios puedan filtrar mucho mejor y llegar a los clientes indicados. Esto se refleja en ventas más seguras en una menor cantidad de tiempo y esfuerzo.
Zamora concluye: “ a mi no me da miedo la IA porque sé hasta dónde puede llegar y hasta dónde no (…) ya tenemos un mundo
donde me subo al auto y le doy comandos de voz. Llego a casa y sigo dando comandos de voz. Ya está ahí y no se va a ir. Son habilidades que se están incorporando porque nosotros las pedimos”.
