Cabe destacar que Musk compró de manera similar la aplicación de redes sociales en 2022, pues a través de tuits dio a conocer sus intenciones de compra. En abril del año pasado, decidió comprarlo por 44,000 millones de dólares, pero trató de retractarse del trato para obtener un mejor precio.
Finalmente, después de amenazas legales, terminó con la compra y completó su adquisición el 27 de octubre de 2022. Si Musk no hubiera completado el trato, se habría enfrentado a una acción en el Tribunal de Cancillería de Delaware, según CNBC.
Una de las consecuencias que está viviendo el mercado ha sido de efecto dominó y ya ha afectado a instituciones similares, como Signature Bank de Nueva York, que vio cómo el precio de sus acciones se desplomaba un 23% antes de que se detuvieran las operaciones cuando llegó la noticia de la desaparición de SVB.
SVB era una institución más de nicho. Se especializaba en apoyar startups tecnológicas y su dependencia de un pequeño rincón de la economía lo colocaba en mayores probabilidades con una economía estadounidense en dificultades que sus competidores más grandes.
Y el impacto se extiende más allá de Wall Street. La empresa de streaming Roku, por ejemplo, dice que el 26% de sus reservas de efectivo, más de 480 millones de dólares, están inmovilizadas en SVB.
Hasta el sábado, las acciones de la compañía habían caído más del 42% desde el año pasado.