Desde hace más de una década, el cómputo en la nube representa la capacidad de mover cargas de trabajo de manera flexible, adaptarse rápidamente y escalable. Sin embargo, tras el brote de la pandemia mundial, la nube se volvió fundamental ya que las empresas se vieron obligadas a migrar a un mundo híbrido, provocando dos grandes cambios: alta complejidad y un incremento en los costos.
En este nuevo contexto, las empresas deberían considerar que no todas las cargas de trabajo y datos deben estar en la nube. Paulo Bonucci, SVP y Gerente General de Red Hat para América Latina explicó que es primordial entender qué migrar, dónde y cómo. “Un análisis previo marca la diferencia para que las empresas puedan reducir costos y extraer todo el potencial de la nube”, añadió.