El Parlamento presentó en junio una "Ley de IA", con el objetivo de prevenir los riesgos de seguridad de las aplicaciones de inteligencia artificial y evitar efectos discriminatorios, pero sin frenar el poder innovador de esta nueva tecnología en Europa.
Durante los debates, el Parlamento Europeo propuso que el código de conducta sólo fuera vinculante inicialmente para los grandes proveedores de IA, que proceden principalmente de Estados Unidos.
Sin embargo, los tres gobiernos de la UE han advertido contra esta aparente ventaja competitiva para los proveedores europeos más pequeños. Según ellos, esto podría dar lugar a una menor confianza en la seguridad de estos proveedores y, por tanto, a un menor número de clientes.
Por ello, las normas de conducta y transparencia deben ser vinculantes para todos, añadieron.
Según el documento, en un principio no deberían imponerse sanciones.
Sin embargo, si al cabo de cierto tiempo se detectan infracciones del código de conducta, podría establecerse un sistema de sanciones. En el futuro, una autoridad europea supervisaría el cumplimiento de las normas, según el documento.
El Ministerio de Economía alemán, encargado del tema junto con el Ministerio de Asuntos Digitales, afirmó que las leyes y el control estatal no deberían regular la IA en sí, sino su aplicación.
El Estado no debería regular por separado el desarrollo de modelos de IA que aún no se utilizan o no se han lanzado al mercado.
El Gobierno alemán organiza el lunes y el martes una cumbre digital en Jena, estado de Turingia, en la que participarán representantes de la política, la empresa y la ciencia.
Las cuestiones relacionadas con la inteligencia artificial figurarán en la agenda de las conversaciones que los Gobiernos alemán e italiano mantendrán el miércoles en Berlín.