En octubre del año pasado las artistas Sarah Andersen, Kelly McKernan y Karla Ortiz presentaron una demanda colectiva en California contra la empresa de Inteligencia Artificial (IA) generativa Stability AI. Su denuncia fue contra la herramienta Stable Difussion que crea imágenes a partir de texto, y el argumento fue que, para el aprendizaje de esta IA, se ofrecieron “miles de millones de imágenes protegidas por derechos de autor sin permiso”.
William Orrick, un Juez Federal de California, desestimó la mayor parte de la demanda . Según su fallo, este hecho no es una vulneración de los derechos de autor, pero es solo un ejemplo de muchos que existen sobre la preocupación de varios artistas por proteger sus obras de la IA generativa.
Pero mientras estas demandas se resuelven, la tecnología continúa avanzando a pasos agigantados; y aunque la ley aún tiene mucho que hacer por los artistas frente a estas nuevas tecnologías, existen otras herramientas como NightShade que buscan frenar, al menos en parte, este problema.