Antes de la popularización de la televisión los deportes se consumían a través de la palabra hablada: ya sea mediante narraciones en la radio o crónicas y resúmenes en los periódicos. El primer partido de fútbol transmitido por televisión fue en 1937, entre el Arsenal y Highbury, aunque esta opción tampoco era muy accesible en ese momento. Pero el panorama de consumo deportivo experimentó una transformación radical con la llegada no solo de la televisión, sino también de Internet.
Ahora no solo se ha vuelto más accesible consumir los eventos deportivos en vivo, sino también on demand y todo lo que ocurre alrededor de ellos. De acuerdo con un estudio de PwC, para el 2025 se proyecta que el número de espectadores en Estados Unidos que consumen un evento deportivo al menos una vez al mes crecerá a más de 90 millones, un aumento considerable desde los 57 millones en 2021, siendo una de las causas principales es la transmisión digital.
Tanto así que, en 2020, el consumo de los mexicanos fue de 120 millones de horas de contenido olímpico y más de 600 millones de reproducciones, según datos de YouTube. Si en toda Latinoamérica hay 420 millones de personas , es como si cada persona hubiera visto contenido olímpico al menos un par de veces.